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sábado, 26 de noviembre de 2011

Líneas divisorias

Los años de estudio, de análisis, de intentar comprender lo incomprendido y de obsesión por una materia en concreto, a veces tienen un final feliz. Un desenlace inesperado pero deseado.
En mi caso, cuando una duda me asalta, se transforma en motivo perturbador, aparentemente carente de toda lógica. Entonces es cuando empiezan las tesis, los análisis, los agravios comparativos y todo aquello que uno considere oportuno con tal de esclarecer el misterio al cual ha sido sometido.
No hay formulas mágicas para obtener y desmarañar el entuerto. Simplemente tiene que haber un proceso de observación constante. Gracias al cual, el resultado aparece un buen día de improviso.
Esta introducción es el preámbulo de la imagen de hoy. Una mañana, sin fecha aparente, me dispuse como va siendo norma, a caminar sin rumbo fijo. Desde hacia tiempo, cada vez que visitaba una ciudad observaba la disposición de los semáforos, el estado de los mismos y las líneas del suelo, que en algunos casos no tenían mucha justificación. Estadísticamente, una gran mayoría de las mismas están pintadas en color blanco. Ya quedan pocas de amarillo y cada vez son más las que utilizan un compuesto que desconozco para conseguir un especial grado de fluorescencia.

Este dilema va precedido por una definición llamada líneas divisorias. Esa mañana, comprendí que el principal motivo para las mismas, no es el que aparentemente nos quieren hacer ver. En realidad sirven para que las personas de ideas contrarias puedan caminar cada una de ellas por su propio destino, encauzándolas de una manera concreta pero subjetiva. Es un sistema de control, ideado por un maestro de la subjetividad, cuyo nombre no puedo ni debo revelar. Espero que lo sepáis comprender. Son cosas de la masonería “francoportuaria”. Logia la cual, tengo a bien presidir. También sé que vuestra incredulidad roza límites insospechados. Pero no me importa si me creéis o simplemente me tomáis por más loco de lo aparentemente estoy.
Comparto mi hallazgo por aquello del altruismo del saber. Dice una de los veinte preceptos o máximas de la logia, que lo que uno sabe no es de él, sino de todos. Y por ellas… me rijo.

Si os apetece leer otros relatos o fragmentos podéis clicar aquí:
Copyright © By Jan Puerta 2010
Texto y fotografías con copyride del autor.

7 comentarios:

  1. Habrá que caminar sobre las lineas para borrarlas y que no separen a la gente.

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  2. Aunque las líneas las dividan su rumbo es el mismo, no tendrían que existir líneas divisorias en este mundo. Un abrazo Jan

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  3. Una buena reflexión sobre lineas y destinos. Una trabajo admirable el tuyo que te pones en marcha y no dejas casi nada sin su previo análisis.
    Una foto magnifica.
    Un abrazo

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  4. todos tenemos algun tornillo mas flojo que otro y de eso se aprovechan los poderes. me gusta tu reflexion de hoy.

    a mi me gusta ir contracorriente, tranquilamente, en paz, sin hacer ruido, sin que nadie me lo diga precisamente porque pienso que el "individuo" es a la "sociedad" lo que el "atomo" a la "materia", bueno que me lio. que no me gusta que me digan lo que tengo que hacer ni siquiera para protestar contra aquello que no me gusta. yo voy a mi manera como diria Frank Sinatra.

    un abrazo

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  5. Ja, ja, me hiciste reir (tanto si es cierto como si no, jaja).

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  6. Una imagen para ponerse a reflexionar, sí.

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