Incendio forestal

Ayer, también tocó incendio. Esta vez, fue forestal. Si la imagen del viernes era en color, esta, es en riguroso ByN. Mejor equipado que el día anterior. Con buenas botas decidí seguir (por un rato) a un grupo de cinco bomberos a pie, cuya misión era evitar los rebrotes de fuego en un área que estaba prácticamente controlada trás el incendio. 

Por un lado, patrullas de Conaf realizaban con una rapidez admirable, líneas de cortafuegos mientras que los frentes abiertos se seguían combatiendo desde el suelo con los camiones cisterna y desde el aire con un avión y dos helicópteros.

El viento, juega siempre en contra de la labor de los bomberos. Por un lado se apaga un foco, y por otro lado empieza un segundo foco y todo parece volver a empezar. La importancia de seguir a pie, intentando apagar aquellos matorrales que quedaron mal apagados o esos pastizales que quedaron expuestos a cualquier chispa que viaja con el aire, es una tarea ardua, compleja y sofocante. Caminar con los gruesos trajes, los implementos necesarios en medio de un campo por donde recién circulo el fuego, es una sensación de agobio, donde el aire que falta no es fácil de encontrar. Incluso el agua que uno pueda llevar e una botella, termina por subir a una temperatura demasiada alta. Es otra manera complementaria de apagar un fuego.

Gran trabajo el realizado.

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