El club de 1912
.-No se bien a donde dirigirme para ello, pero hemos de agradecérselo a quién sea.
Palabras de Don Mauro. Medico general. De los de antes. Una persona amable. Simpático, devorador de diarios. Apolítico pero simpatizante de la republica.
.-Sabe usted joven… hace un año escaso, éramos doce en el club. Solo quedamos ocho.
El club tiene la particularidad que solo acepta miembros nacidos en mil novecientos doce.
.-Y lo mas curioso, se han muerto los que no fumaban.
Me mira con unos ojos vivarachos, dejando entrever un poco de esa niñez que todos llevamos dentro. Sonríe y saca del bolsillo de la americana un atadillo con unos puritos desgarbados. Retorcidos como si el calor los hubiera moldeado deformes.
.-Mi Padre que en paz descanse –se santigua, bebe un sorbo de agua i sigue- fue de los primeros que los trajo de Cuba. A finales del siglo diecinueve.
Todo el grupo fuma los "caliqueños" que le traen a Don Mauro.
.-Son de “estraperlo”.
Vuelve a sonreír como un niño.
.-Los que venden en los estancos matan. Estos alargan la vida.
Palabras del Sr. Antonio. Compañero de tertulia, lector y el mas longevo de todos, ya que nació un dos de enero.
.-A Don Mauro, se los envían de Sumacárcel todas las semanas. En este pueblo valenciano los siguen produciendo.
Las aureolas de humo se elevan hacia el techo, dando un aspecto fantasmagórico en la sala de lectura del viejo ateneo. Donde cada día, se reúnen este grupo de amigos. Empezaron siendo veinte hace quince años y hoy en palabras de su presidente…
.-“Resistimos ocho en la trinchera de la vida”.
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
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Apreciados amigos…
La gestión del tiempo es uno de mis problemas. En la medida de lo posible, contestaré vuestros comentarios.
Un abrazo