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lunes, 22 de febrero de 2010

Cien cartas sin destino

A modo de prologo…
Hoy en día la presencia de los buzones empieza a ser casi testimonial. Imagino que en unos pocos años, habrán desaparecido. Extinguido como una especie animal, víctima del afán evolutivo del hombre.
“Cien cartas sin destino” es un proyecto compuesto por cien fotografías reales realizadas sobre cien buzones de correos particulares, repartidos por diferentes rincones del mundo. Estas acompañan a cien cartas que nunca llegaron a su destino.


El origen de la serie tiene su pequeña historia. Hace unos años, me encontraba esperando turno para cruzar el canal de Panamá dejando atrás el Atlántico para enfrentar mis miedos al Pacifico cuando decidí dar una vuelta por Ciudad de Panamá. Allí, me dirigí a una oficina de correos con la intención de enviar un paquete con algunos detalles sin importancia a un buen amigo, pintor y periodista para más señas, del cual ya os he hablado en más de una ocasión. En la oficina de correos, me preguntaron por la dirección del remitente y les comenté que me encontraba viajando a bordo de un velero itinerante, errante como un bereber. Por lo tanto no tenía dirección física en Panamá. Edith, la simpática chica que me atendió, con muchísima amabilidad se brindó a poner la suya por si había algún problema y el paquete en cuestión se devolvía.
También se ofreció a enseñarme algún que otro rincón de la ciudad después de su turno. Por mi parte, disponía de tres días antes que mi tanda me permitiese cruzar el canal y accedí encantado a su invitación. A pesar del tiempo transcurrido aun recuerdo esa sonrisa y en cómo me acostumbré a su presencia en mis paseos por la ciudad.
Una de las anécdotas que me explicó relativas a su trabajo estaba relacionada con un viejo almacén donde se guardaban las cartas que nadie reclamaba. Cuando le pregunté por el numero de cartas no entregadas, me habló de muchas.
.- Más de la mitad que se reciben, no se entregan nunca, ni nadie las reclama jamás.
Tal afirmación incito en mí, la curiosidad por ver ese depósito donde se guardaban. La historia me parecía tan sorprendente como enigmática por lo que pudieran encerrar esas miles de cartas esperando una respuesta que nunca llegaría por total desconocimiento del destinatario.
.- Si nadie les avisa, no saben que les han enviado una carta. Por lo tanto… nunca la van a buscar.
Y de esta manera, esa carta, tarjeta postal e incluso paquetes sin certificar terminan en ese tremendo granero de misivas nunca leídas.
La segunda tarde que pase con Edith, me llevó hasta aquel submundo de viejas estanterías, donde las cajas y las sacas se agolpaban llenándose de polvo. Estas, tenían como distintivo unas etiquetas que con el tiempo y los años se descolorían hasta ser ilegibles en su totalidad.
Pude tener en mis manos cartas enviadas en 1958 desde Francia, Italia, Alemania, Suiza y otros países europeos entre los cuales, se encontraba España. Pero también las había de años anteriores, aunque era difícil precisar los mismos. Quizás mirando los sellos de correos y los matasellos se podrían determinar con más exactitud.
Una vez en el camarote del velero, esbocé una idea donde cien cartas imaginarias que nunca llegaron a su destino se descubrían por casualidad en unas viejas dependencias y se daba lectura pública en uno de los periódicos de mayor tirada a nivel mundial.
Su afamado director, al leer alguna de las cartas, le concedió e este humilde actuario una columna en la contraportada de su periódico, donde cada domingo se publicaría una de ellas.
La columna tuvo una grandísima aceptación. Llevaba por título: “Cien cartas sin destino”

Hoy, a modo de prologo empieza esta serie de cien cartas y ciento siete fotografías donde el buzón es la imagen representativa de la carta que jamás llegó a su destino.

Posdata:
Ya que no encuentro editor, no me importaría que me contactase algún director de diario, semanario u revista de interés general, que se interesase por el tema propuesto. Estoy más que dispuesto a escuchar ofertas.

Las imágenes de este blog están subidas a una resolución de 1024.
Con un clic sobre la imagen las veréis a pantalla completa.

“Cien cartas sin destino”
Copyright © By Jan Puerta 2009
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com

22 comentarios:

  1. Tal vez el destino de alguna de esas cartas era precisamente ese: no encontrar un destinatario sino que el destinatario la encontrara a ella.

    Los buzones venían a ser hendiduras por donde respirábamos. Hoy las hendiduras se abren en otros lugares. Pero el de esta foto refleja a la perfección esa esencia del buzón.

    Procuraré no perderme ninguna de tus cartas.

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  2. Es cierto lo que dice Xuan. Cada una de esas cartas contiene un enigma sin resolver, un misterio que probablemente cambió la vida de sus destinatarios al perderse. Tú las encontraste y fijaste tu atención en ellas, así que el destinatario eras tú. Por tanto, quizás haya de ser otro tipo de editor el que te encuentre. Y una carta, jamás se pierde siempre que haya un destinatario. Deseo que tengas más suerte esta vez.

    Un fuerte abrazo.

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  3. Qué habría sido diferente si esas cartas hubieran llegado a sus destinatarios? En la mayo parte de los casos no habrían supuesto nada importante en el devenir de las personas, lo que me intriga es ese porcentaje que sí hubiera cambiado el curso de sus vidas, y tal vez de la vida de muchos más.
    Una historia maravillosa para una serie que seguro nos deleita.
    Viajero y aventurero, estás hecho de otra pasta amigo Jan.
    Un abrazo

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  4. Bon día Jan:

    Cuántos amores y amistades se habrán destruido por culpa de estas cartas que nunca llegaron a su destino.
    Tu entrada de hoy me ha parecido muy interesante, junto con la fotogrfía de este viejo buzón, que en el espacio de entre madera y madera se entreven, cartas que nunca llegaron a leerse.

    Saludos cordiales.Montserrat

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  5. Ese viejo buzón espera alguna de esas cartas y nosotros que comiences a ponerlas aquí.

    Un abrazo.

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  6. No te preocupes Jan, yo tampoco encuentro editor. Muy, pero que muy interresante este post.
    A ver si empiezas con lo de las cartas.
    Un abrazo.

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  7. Una rendija por donde cabe la vida.


    Que hermosa entrada!


    :)

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  8. Lindisima entrada, querido amigo.

    Duelen las cartas que no se recibieron; pero a mi me duelen mas... las que no envié.

    Un enorme abrazo.

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  9. Una feliz idea, querido amigo. Si yo fuera editor o director de un periódico, ten por seguro, que tendrias una plaza en plantila. Llagará, no deseperes, aunque ni yo sea nunca directora de periodico ni redactora jefe ne nada.

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  10. Que genial idea!!! Será fantástico ver esa muestra, de algún modo. Tienes razón, los buzones ya casi son parte de la historia, y qué historias!!! Me apena que se termine con esa rica sensación en el estomago por la llegada de una carta, por los asomo a la ventana, y la inconfundible campanilla de la bici del cartero. El olor de algunas cartas, sus sellos, el papel, las letras. Por qué será que por ser tan practicos, de vidas tan apuradas, dejemos que se nos pierda tanta belleza. Sí, soy romántica, al mundo le hace falta ese románticismo que hacía de la espera un suspiro.

    Que los editores y directores te apoyen, es una idea tremenda. Bello relato de tu viaje, tus miedos, y esa generosa señorita de correos, con un tour que se nota fue una maravilla de hacer por el correo del olvido.

    Abrazos,
    Anouna

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  11. Qué nostálgico...
    el mensaje sin entregar, la palabra sin ser leída y una magia enterrada en cada sobre: saber que en las manos correctas, podría cumplir su destino.
    Un bso! :)

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  12. y que pasó con Edith? un misterio tras otro en esta nueva serie. fuerte abrazo

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  13. Cuantas mensajes sin receptor, cuantas cosas dichas que quedaron perdidas en la nada, sin llegar a destino. Cuantas palabras esperadas y que nunca llegaron...

    Un abrazo

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  14. Interesantísimo! Me ha dado por pensar en la cantidad de historias individuales que pudiera haber en tantas de esas cartas muertas y en las esperanzas truncadas o ilusiones que se marchitaron por no llegar a su destino.
    Hay tema para una gran película, ¿no crees?

    Un saludo, Jan

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  15. ¿Cuántas cartas dejé de escribir cuando escríbía cartas? ¿Cuántas de esas cartas no escritas llegaron?

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  16. Si tuviera un periódico te contrataba.
    Queda la posibilidad de un libro o una exposición.

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  17. Que bonita historia. Yo la encuentro muy triste. Cuantas cosas no escuchadas ni leidas, cuantos corazones anhelando noticias que nunca llegaron. Es como un película romántica, o es que estoy tontorrona. Besos.

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  18. Me parece bellísima la entrada, Jan. Como aquellas fotografías que jamás fueron reveladas, o las que se eliminan para siempre por motivos a veces incomprensibles...No sé, quizá las cartas nunca debieran llegar a su destino; algunas hacen más daño que favor, otras en cambio son la melodía dulce de una vida...

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  19. Hola Jan ,cuantos contenidos de toda índole y secretos guardados que no llegaron nunca a tu destino tienen esas cartas... , son una bomba de relogeria cuanta información y noticias buenas y malas como un secreto guardado puede salir a la luz .... muy interesante tus vivencias y tu post , ojala a alguien le interese tu información y se comunique por correo contigo , y salga el tema a la luz publica .
    Un abrazo de amistad de MA .

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  20. Me parece un proyecto fantástico, JAN. ¡Enhorabuena! Besos.

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  21. Uy, qué tristeza me da pensar en esas cartas no entregadas, y en cada una una histoia... Me parece genial que a partir de ahí surgiera este proyecto. es muy interesante, deberías encontrar quién lo auspicie.
    Cuando era joven tuve una historia de amor con un muchacho que vivía en otra ciudad y prometió escribirme. Como en mi casa no había buzón, me compré uno.
    El muchacho en cuestiópn jamás me escribió. Y como en Argentina decimos que alguien "te vende un buzón" cuando te engaña, o "te comprás un buzón" cuando sos inocente... esa historia mía pasó a llamarse entre mis amigos "la compra del buzón". Mejor tomarse las cosas con humor.
    Un abracito.

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  22. ¡¡qué hermosura de entrada!!
    preciosa imagen donde la ranura entre tablas es tan amplia como la boca del buzón :)
    ¿sabes? me encanta escribir cartas... y a pluma ¡claro! :)
    Te felicito por la idea de oublicar esas cartas sin destino... ¡ojalá encuentres quien las publique!

    abrazos

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