Viene de ayer…
Los viejos edificios donde predomina el gris, suelen tener las características suficientes para esconder encuadres que en otros edificios no nos resultarían tan atrayentes. Al menos, aquellos que venimos de la fotografía analógica, y nuestra línea de trabajo encaje en lo que digo, nos sentimos como fascinados por tanta gama de grises a nuestra disposición.
Después, viene el elegir bien el encuadre que nos motiva y acertar con la hora del día que mejor le viene a nuestra composición. Al fin y al cabo la fotografía no deja de ser un trabajo meticuloso como lo puede ser el boceto de un escultor o los apuntes de un pintor. Hay ocasiones que paso delante de aquello que quiero fotografiar pero algo ajeno a lo que yo veo no me permite hacer la fotografía. En otras ocasiones, me acerco hasta el mismo lugar y algo inesperado me hace fotografiar casi el mismo encuadre pero con un toque surrealista que el “azar” del momento a puesto a mi disposición.
La calle, suele ser el mejor escaparate para nuestros delirios creativos. Solo hemos de estar atentos a lo que sucede y dejar que nuestra mirada cobre el verdadero protagonismo que tiene ante la necesidad que nos impulsa a seguir fotografiando.
La escena la podríamos complementar con la explicación pertinente para entender lo inusual del caso. Un domingo por la mañana. Fría, muy fría. Una familia sale de casa, sube a su utilitario y después de varios intentos, su vieja batería no puede poner el coche en marcha. El Padre, con la calma de aquel que tiene siempre un as escondido aunque sea en la manga, llama a un amigo mecánico desde su teléfono y este se presenta con una bicicleta, un bidón recortado, con dos tiras de lona a modo de mochila y una batería de repuesto perfectamente encaja para su transporte. Le deja la nueva, el motor se pone en marcha a la primera y la familia parte hacia su destino no sin antes darle las gracias al ingenioso amigo mecánico y quedar para el lunes por la mañana en el taller del mismo para solucionar el tema definitivamente. Ni que decir que la señora estuvo quejándose durante todo el rato hasta que el motor arranco de nuevo. Los dos hijos, encerrados dentro del vehículo jugaban con un extraño artilugio mecánico del tamaño de un teléfono portátil.
Este el “making off” de esta imagen, donde solo se puede apreciar mi querida pared gris, con unos grafitis de muy mal gusto, dos ventanas que me atraen mucho, la bicicleta del amigo mecánico y ese bidón “mochila” con la batería que no permitió arrancar el vehículo y que gracias a un domingo de este frio invierno del 2011 pude hacer esta fotografía.
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Copyright © By Jan Puerta 2011
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Es una imagen bastante "cargada"...
ResponderEliminar(una sugerencia muy humilde:de repente déjanos sin historias que "aclaren" la fotografía, déjanos las emociones que cada quien pueda expresar;puede ser un buen experimento).
Abrazos grandes.
Hace gracia que el mecánico se presentara en bicicleta...
ResponderEliminarVuelvo poco a poco de vacaciones, querido amigo.
El mecánico en bicicleta así seguro que no se queda sin batería, una buena instantánea Jan, captas lo que ha muchos nos pasaría totalmente inadvertido, buen fotógrafo de calle amigo mío, recibe un gran abrazo
ResponderEliminarHola Jan, esto es una fotografía con historia inimaginable, jajajaja.
ResponderEliminarQeu como dice Maritza sin al explicación vete tu a saber lo que hubiéramos pensado.
Un abrazo
Parce una maqueta...
ResponderEliminarBesos
Ya me lié...entonces no arrancó el coche...
ResponderEliminarUy, que difícil lo pones hoy...
Lo he mirado todo, lo he leído todo, tres veces...y ahora me quedo con la duda...esto me pone mala...estoy baja de facultades mentales (hoy)
YA!
Me iluminé!
Ya lo veo....
Es la batería que no funcionaba....uf!
Que alivio....es que si no entiendo las cosas me pongo mala....
Y gracias a este hecho...tenemos tu foto!
Bien!
Ya me voy más tranquila....fotografiaste el fin de la historia, y ahora pensarás:
"Será merluza la Remei, ni ha dicho na de la foto...."
Bueno me voy...hay que tener mucha paciencia conmigo...más que la que tienes para hacer tus fotos...yo no podría...soy demasiado impaciente.
Un beso Jan.
Voy a ver tu entrada de hoy!
Genial la historia, y muy buena composición.
ResponderEliminarUn abrazo.