Ciertas fachadas despiertan en
mí una curiosidad, que de ser gato, seguramente acabaría con mi vida según dice
el refrán. En este caso, este taller de motos, hoy distribuidor autorizado de
las nuevas marcas que vienen de donde los ojos rasgados son mayoría, no solo
despierta mi curiosidad visual, sino parte de mis recuerdos al traerme a este
presente, momentos que viví saliendo de mi niñez en un taller local donde
llevaba en alguna que otra ocasión la pequeña moto que mi Padre usaba para
desplazarse y yo para emular al mismísimo Ángel Nieto.
Mañana sábado, en la entrada
diaria de este blog os presentaré a otro personaje de la serie "haciendo amigos",
con quien compartí un buena conversación el pasado lunes.
Clic aquí para ver la serie completa:
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© By Jan Puerta 2014.
Texto y fotografías con copyride del autor.
Es normal que aquests petits i vells tallers ens portin records d'infantesa.
ResponderEliminarLa imatge em sembla magnífica en tots els aspectes i capta perfectament l'ambient que s'hi viu.
Una abraçada
Buena, si señor me gusta.
ResponderEliminarMagnífica imagen .. y lo que cuentas!
ResponderEliminarAbsolutamente universal, no sólo en el nombre, si no también en las marcas y modelos que es capaz de reparar; eso sí, como servicio debidamente autorizado. Un abrazo,
ResponderEliminarComo me gustan estos viejos talleres en los que la gente pone al día sus motocicletas. Un byn especial.
ResponderEliminarUn abrazo
Excelente foto de ese pintoresco taller
ResponderEliminarUn abrazo