Esto de tener que depender de los demás en la mayoría de las ocasiones suele ser un fastidio tedioso para quien lo padece. Un ejemplo es cuando tienes una conexión de Internet con un operador cualquiera y este te deja literalmente colgado durante más de ocho horas sin servicio. Si a esto le añadimos una pésima y deficiente atención al cliente, resulta que algo que uno elige por la razón de que en su momento le han sabido vender como la mejor opción del mercado o la más adecuada para las condiciones de uno, este humilde servidor, termina por sentirse indignado.
Curioso paralelismo entre contratar una línea de Internet e ir a votar para que un representante político elegido en democracia global defienda nuestros intereses.
Tanto un caso como el otro, lo único que les interesa es que uno, les pague sus caprichos.
Nuestra santa inocencia (que no cesa) está muy bien representada en un pensamiento popular que nos dice y nos recuerda aun en este siglo XXI que somos y estamos… “cornudos y apaleados”. Ya solo falta que en democracia se restaure el derecho de pernada.
Pie de foto:
Posible operario de “telefónica” (minúscula merecida) a punto de encontrar el equilibrio (nivel en mano) en este desaguisado.
Cronología de la inoperancia…
Ayer miércoles, a eso de las once de la noche, el que suscribe, se queda sin servicio de Internet. Después de seguir los pasos de rigor, o sea, reiniciar el equipo y hacer lo mismo con el Reuter el resultado seguía siendo el mismo. En ese preciso momento empieza el calvario de tener que llamar al servicio técnico. Menuda diferencia con los servicios técnicos de hace unos años en otras disciplinas profesionales cuando te atendían al teléfono en persona y te decían, tranquilo, que en unos minutos estará un operario en su domicilio.
Al ver que el servicio técnico está colapsado y después de haber escuchado no sé bien cuantas veces, una canción que ya empieza a darme motivo para odiarla, uno debe recurrir al curandero de turno si lo tiene o en su defecto más precario a la clásica vela ante una estampita religiosa (vale incluso Fray escoba) y rezar arrodillado, porque todo sea un leve y pasajero lapsus de tiempo. Casi doce horas después, el suplicio, la angustia y las ganas de quemar el logo de la compañía persisten.
Menos mal que hay algún que otro cyber que tiene contratada a otra compañía…
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janpuerta@gmail.com
· Todos dependemos de todos. Es inevitable. Y tu reflexión final es la acertada. No les interesamos.
· un abrazo.
CR· & ·LMA
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Y pisa fuerte, pisa contundente... eso es lo que llama más la atención, la fuerza imparable de su pisar. Como si dijera, este mundo ha venido para quedarse. O como si dijera, con un patadón lo derribas.
ResponderEliminarNo te engañes, Jan. Que es independiente de cual sea tu compañía proveedora de acceso a internet para que más tarde o más temprano decidas que en cuanto acabe el periodo de permanencia, te cambias ... vaya que si te cambias, te repites cada minuto a ti mismo.
ResponderEliminarPero lo malo de esto es que puedes ir de mal a peor ... créeme que así puede ser.
Paciencia y aguantar. No te alteres que no merece la pena.
Veo que en todos los sitios cuecen habas.
Suerte.
Un abrazo.
justo anoche a eso de las cuatro de la madrugada hubo un miniapagón de unas decimas de segundo, porque llovía y que nos dejo sin el servicio a los insomnes, la mayoria de la gente no se enteró porque dormian pero el que suscribe sí.
ResponderEliminarConsuélate en que ya no somos subditos sino al menos nominalmente ciudadanos, casi como en la antigua Roma.
un abrazo
...esta escena me suena! pues ya la he sufrido, en su momento.
ResponderEliminar...a tomárselo lo mejor que pueda uno y con mucha paciencia! pues no nos queda otra...por desgracia.
Un abrazo.
Ramón
Abans de res, dir-te que t'he tirat MOLT de menys!
ResponderEliminarI per altra banda no puc deixar de somriure...jo he estat incomunicada quasi un mes per la conexió de internet...al final vaig tindre que canviar de companyia...imagina les despeses, pagar un recàrrec, buscar-ne una nova que oferira millor servei...així i tot, no les tinc totes...encara que ara açò va que xuta!
;)
Ei amic...tranquil que tot està ple d'injusticies, jo crec que acabaré acostumant-me...ara per ara, allà on mirem no ens en queda altra...
En uns dies parlem...
;)
Quina alegria Jan... tornar a casa de nou...a blogger...a vore amics i treballs...ostras com ho he tirat de menys...
Consell: no desesperes, qualsevol cosa que ens faci enfadar és mala per la salut, que al final és el que realment compta...t'ho dic per experiència...
Sobre el tema de la mala atenció de les operadores telefòniques/internet es podrien escriure enciclopèdies senceres.
ResponderEliminarMolt bona la imatge que ho il·lustra tot.
Una abraçada