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viernes, 16 de agosto de 2013

Hijos del agobio

Una vez contestados los comentarios de ayer jueves y los que no contesté el miércoles, me centro en la entrada de hoy es una continuación del pensamiento apático que llamé “el juegodel destino”.
De la misma casa, una segunda habitación me indica muchos detalles para recapacitar. Para que el ojo clínico que uno tiene por definición se enfrente con una realidad visual y grafica, compleja y sorprendente a la vez. Un antiguo decorador amigo mío, diseñador papeles pintados en la década de los setenta, me decía con mucho tino, que un papel en la pared de una habitación donde iban a convivir los miembros de una familia, los amigos de la misma y personajes circunstanciales que pudieran dejarse caer por allí, debía de cumplir tres preceptos esenciales para que la empresa para la cual trabajaba le aceptase su diseño. El primero, hablaba del equilibrio visual de las formas propuestas. El segundo, matizaba la posibilidad de encajar disimuladamente con cualquier propuesta de diseño de interior que un interiorista pueda ofrecer al cliente final y la tercera norma a cumplir es que su contemplación aplacase el nerviosismo, el estrés después de un día difícil de arduo trabajo y proporcionase una paz efectiva a quien debía de convivir bajo su influencia.
Dicho esto, me intento centrar en el papel pintado de la segunda habitación (el sábado veremos la tercera) y veo que no cumple ninguno de los preceptos por los cuales mi amigo se regía. 
Yo que solo estoy unos minutos entre las ruinas de lo que fue la casa y contemplo la habitación a cielo descubierto, lo cual me da oxigeno extra sin duda, siento que la decoración me devora literalmente hablando y necesito encontrar puntos de fuga que me hagan sentir libre ante la opresión de este decorado, que por otra parte me recuerda a una película de terror que vi de joven (más o menos cuando mi amigo me hablaba de su trabajo) llamada “la matanza de Texas”. Quizás si uno pasase una tarde noche, encerrado en una pieza de estas características, también pondría en marcha la moto-sierra, saliendo a la calle con la intención -desmedida si se quiere- de rebanar cuello y extremidades a cualquiera que tuviese el infortunio de cruzarse con él.

Clic aquí para ver la serie completa:
Copyright © By Jan Puerta 2013.
Texto y fotografías con copyride del autor.

7 comentarios:

  1. Bon día Jan.
    Si que te siniestrienitat aquesta habitació, si.
    Serviría de decorat d´una pelicula de terror, com la que tu indiques.
    Una abraçada, Montserrat

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  2. Tens tota la raó, l'aclaparament que es respira (o millor dit, es respirava) en aquesta habitació, devia ser insuportable. No m'estranya que surtin a flotació els més baixos instints.
    Una abraçada

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  3. Locura, locura, locura. Por favor que me saquen de aquí, no quiero continuar con este agobio de colores y formas.
    Genial Jan.
    Un abrazo

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  4. Gran vista.

    Tiro Sublime.

    Un abrazo.

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  5. Realment és un paper que carrega molt, imaginat amb dia d'aquells que tens mal de cap.
    Una abraçada.

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  6. Desde luego, el dichoso papel no cumple ninguno de los tres requisitos; es más, el último no solo no lo cumple sino que acentúa el estrés que traiga uno a casa. Me parece estupenda la idea del título que has tenido. Un abrazo, Jan.

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  7. No me extraña que la casa esté en ruinas. Un abrazo,

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