Historia de un lunes… diferente.
Lo inesperado es algo tan sorprendente en la vida
de un fotógrafo que cuando esto sucede, uno le encuentra sentido a todo.
A que viene esta frase, se preguntaran ustedes. Simple
y obvio para cualquier fotógrafo que hubiera o hubiese vivido la tarde de ayer
lunes, en su propia piel. Pocas cosas, según se mire, pero definimos la fotografía
como fiel exponente de la historia, solo necesitamos un par de exposiciones
para que nos sintamos satisfechos de la jornada vivida.
Makin of de la tarde de ayer.
A eso de las cuatro de la tarde, me dispongo a
salir de casa, con la mira puesta en la estación de servicio donde en poco
minutos me pasara a recoger Marco Ávila. Un arquitecto que residió por unos
años en la Barcelona post olímpica, y que de vez en cuando, tiene la necesidad
de regresar.
Mientras me dirigía al lugar de encuentro, veo
una escena que me llama la atención, enfoco y disparo. Mañana la veréis bajo el
titulo de diseño. Veo que la tarde empieza bien. Eso significa esperanza
practica por lo tiene que venir. Cabe decir que con Marco me desplazo hasta
cerca de Los Andes, con el propósito de recoger una partida de aceite de oliva,
de una gran calidad y con un precio excelente. El plan era que una vez recogido
el aceite, el se acercase hasta supervisar una obra, tiempo este que yo podría
aprovechar para hacer alguna que otra fotografía a lo que se cruce por delante
y despierte el instinto fotográfico que suelo llevar siempre disponible.
Pero siempre suceden cosas “anormales e
inesperadas”. En el viaje Marco me habla
de unos problemas que tiene en mano, motivados por un mal movimiento que hizo.
Un fuerte dolor le impide mover con normalidad el dedo gordo de la mano
derecha. Me comenta los pasos dados hasta la fecha sin mucho resultado,
incluidos visita de rigor al hospital con radiografía incluida y pastilla para
seguir engrosando la cuenta de las compañías farmacéuticas. Ante esto, se
dedicó a busca a través de internet con alguna persona que compusiera huesos y encontró
en San Felipe a una persona, la cual, tenía su peculiar “clínica” instalada en
un viejo autobús local de pasajeros. Todo esto, dentro del negocio de vulcanización
que regenta desde hace más de treinta años. Al escuchar esto me olvidé de todo
lo que tenía previsto hacer y lo acompañe a tal singular experiencia. No nos
fue difícil encontrar el negocio de reparación de pinchazos y una vez allí, su
hijo, quien ahora dirige el negocio a viso a Don Gerardo. El entorno me volvía
loco y la cámara me pedía insistentemente que tomase alguna imagen. Después de
las presentaciones de rigor y de la explicación de Marco sobre su problema, Don
Gerardo, empezó a trabajar con sus finos dedos los ligamentos y tendones de la
mano. Unos masajes enérgicos, donde se podía apreciar el dolor inicial en el
rostro de Marco dieron paso a un alivio considerable y poder mover el dedo con
total normalidad después de unos pocos minutos.
Después vinieron unos buenos consejos para los
siguientes días y Marco sonreía al tiempo que yo ya había realizado tres fotografías
desde diferentes ángulos.
La memoria me llevo a mi niñez y las visitas que
realizaba mi Padre a un “espatllador” que recomponía y reparaba cualquier dolor
provocado por un mal gesto o un pinzamiento muscular.
La tarde, se había transformado en algo mágico. Y
las fotografías que salieron de la misma bien valen un artículo en cualquier
revista fotográfica. De hecho, parte de lo descrito aquí, junto a otras imágenes
realizadas ayer, conformaran mi aportación mensual a la revista fotográfica que
edita el colectivo “Moldeando la luz”. Con el nombre de Luz y tinta.
La tarde, transcurrió tomando un café en una céntrica
cafetería de San Felipe. Y terminó en casa de Marcelo Clivati -viejo amigo de
este blog- degustando un poco de pan, con aceite de oliva de las tres
variedades que compramos, y comercializamos entre nuestros amigos y demás que
se van sumando, léase, Picual, Manzanilla y Frantoio Leccino, más una variedad
que el propio Marcelo experimento y nos hizo degustar, unas anchoas, un “culin”
de vino tinto y una conversación que esta, queda entre nosotros.
Clic aquí para ver la
serie completa:
Copyright © By Jan Puerta 2013.
Texto y fotografías
con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Por lo que cuentas el lunes fue muy prolífico para ti, además de hacer buenas fotos comiste muy bien y en buena compañía.
ResponderEliminarExcelente.
Un abrazo
Lo que se dice un completo... Jeje, vaya lunes... Un abrazo desde Murcia...
ResponderEliminarHasta aqui ha llegado el el sabor de aceite sobre pan.
ResponderEliminarUn abrazo
Curioso personajes y estupenda foto :)
ResponderEliminarEn la Amazonía tuve un percance en mi tobillo derecho que me puso en serios apuros ya que estábamos un tanto apartados del río y de cualquier embarcadero que pudiera servir como punto de evacuación a la ciudad de Iquitos. Bueno, pues una componedora de huesos nativa, con sus manos y un ungüento a base de hojas y hierbas por ella conocidas me permitió seguir. No me ha quedado ni la más mínima secuela. Un abrazo,
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