El chapuzón del Cormorán Negro

Making of de una decisión… 

Me levanto, miro el despertador. Inerte. Las manecillas marcan las tres de la mañana. Parece ser que la pila que compré en un bazar chino hace dos escasos meses, se agotó por el esfuerzo acumulado de tener que accionar el mecanismo que hace vibrar, las dos campanitas que me intentan despertarme cada mañana. Mientras preparo café, pienso en lo molesto que estoy con los chinos últimamente. Pero como no sé bien a quien quejarme, ya que son demasiados, prefiero seguir con mal genio. Me asomo al jardín y el día amanece gris. Cosa que me levanta el ánimo por el contraste que me ofrece la luz como complemento a cualquier fotografía que vaya a realizar en el exterior. Mientras la cafetera italiana hace su propósito, veo una extraña formación de flores, contrastadas por el fondo que las hace resaltar y me planto con total descaro ante ellas, quienes aguantan estoicamente mis exigencias de fotógrafo de modas venido a menos. 

Conecto el ordenador y entro en el blog. Tenía pensado publicar una entrada en concreto pero me decido por abrir una vieja carpeta donde se acumulan fotos extrañas que a primera vista no supe muy bien qué hacer con ellas. Reparo en el chapuzón de un Cormorán Negro y su inmediata inmersión en busca de su desayuno. La superficie del Océano Pacifico, estaba sucia. Como cubierta por una fina capa de polvo. Suciedad acumulada en las cercanías de un puerto.

Sigo molesto con los chinos y ahora mi malestar general se acentúa al ver con detalle la suciedad que fotografié ese día y la nota adjunta que escribí al verla… “Que lastima que el ser humano intente esconder toda la basura que produce bajo ese manto incomparable que unos llaman mar y otros océano” 

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Pensamientos apáticos 

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