A primera hora de la mañana, el invierno austral
mantiene una pequeña capa de escarcha en los prados. El día nublado, el viejo
árbol de hojas caducas, desnudo ante las inclemencias del tiempo, contrasta con
el grueso abrigo de lana que lleva sobre sus espaladas, la llama andina. Como
aderezo de la propia escena, un caballo camina cansino, sin haber podido saber
el que suscribe estas líneas, cuál era su destino.
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Aquí ya estamos oficialmente en verano pero casi te podría asegurar que si madrugo un poco podría hasta incluso captar ese ambiente de invierno. Vaya racha que llevamos.
ResponderEliminarAbrazos.
Hermosa postal nos traes de esas latitudes. Saludos desde el caluroso verano de Sevilla.
ResponderEliminarJan como ya te han comentado parece una postal. Te quedo de diez.Un saludo amigo.-
ResponderEliminarhttp://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/
¡Brrrr! transmite el frío, sobre todo porque ese árbol con las ramas inclinadas a favor del viento dominante da una sensación invernal. Menos mal que la llama está ahí para capturarla y hacer un jersey con su lana :-)
ResponderEliminarSalu2
El caballo, la mirada de la llama y ese árbol... sobre todo ese árbol.
ResponderEliminarEl año pasado en Argentina conocí a estas dulces llamas, me parecieron animales exóticos y bellos..
ResponderEliminarun saludo
Tire de menys l'hivern...veig aquesta foto i em trasllade al sud, ahí on estàs per gaudir un moment d'aquesta foto màgica i sentir el fred.
ResponderEliminarUn bes.