Once de la noche. Un fulgor fuera de lo normal ilumina una esquina. La cruzo y me encuentro a un soldador, a tres metros de altura, soldando una antena en una barra de hierro. La escena generada parece sacada de un libro por definir. Lo observo durante un instante corto de tiempo antes de hacerle dos fotos. Una en color y otra en blanco y negro. La digital es inmediata. La analógica deberá de esperar un proceso de tiempo indeterminado.
Alguien me dijo que de noche aunque todos los gatos sean pardos, siempre suceden anomalías cromáticas que nos hacer ver un mundo casi imaginario, pero real a través de nuestra óptica.
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Un sueño que poco a poco se va forjando en la mente de aquel que tiene la conciencia tranquila y que puede disfrutar de sueños como si viviera la realidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buena jan...vistosa y en color...genial por ti...maravillosa...un abrazo.
ResponderEliminarNocturna o diurna, tus fotos no sufren nada...Siempre bonitas y buenas.
ResponderEliminarUn saludo.
GELU.
¡Estupenda! Has capturado un momento de concentración en el trabajo. Saludos.
ResponderEliminarEn un principi m'havia semblat un diable d'un correfoc, però no, segur que aquest soldador d'il·lusions necessita més les espurnes.
ResponderEliminarLes teves fotos sempre ens mostren bellesa per dintre i per fora.
Abraçades
Muy buena en color y luz..me gusta.
ResponderEliminarsaludos.
Impactante y oportuna.
ResponderEliminarEnhorabuena y un saludo.
Muy buena, es de esas que eternizan esos momentos de magia cotidiana.
ResponderEliminarMe gusta el fondo negro bajo esas luces de color.
ResponderEliminarMuy chula.
Un abrazo.
Hay que saber robarle color a la noche... y tú sabes :)
ResponderEliminarabrazos