No sé bien el origen de esta frase tan ocurrente. Imagino que algún agricultor maltratado por la sequia, después de regar con agua sacada vete a saber tu de donde, perdió la cosecha por una lluvia torrencial inesperada, que anego sus tierras. O quizás algo parecido pero cambiando el escenario.
El caso es que momentos después de haber realizado la foto de ayer, pude observar como la misma frase se hacía realidad. Llover, llovió poco, pero el que regaba lo hacía como si no le importase y regaba sobre mojado. Teniendo en cuenta que la sequia de este año ha estado demasiado severa, los jardines municipales, agradecerán el gesto de esta persona. Aquí el exceso no es tal, aunque las apariencias digan lo contrario.
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A veces se riega para olvidar que ha llovido.
ResponderEliminarPor desgracia es cierto lo que cuentas, cada vez es mas frecuente, que después de estar deseando la lluvia, cuando esta llega lo hace de forma descontrolada y arrasa con todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena captura. Y coincido con Pedro y su reflexión.
ResponderEliminarYo asocio la frase a algo que se entiende como molesto e inútil luego de lo que se ha excedido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por aquí también suele pasar lo mismo. Cuando llueve riegan las calles y luego se quejan que hay sequía...Saludos.
ResponderEliminarPreciosa instantanea y bonita reflexión. Me encanta el procesado y el momento.Soberbia.
ResponderEliminarSalud y un abrazo.
Me encanta, buenísima
ResponderEliminarMuy cierto, las apariencias engañan.
ResponderEliminarComo se nota que no paga las facturas del agua...
ResponderEliminarLa imagen es una preciosidad
ResponderEliminarun abrazo