Una vez traspasada la puerta, me doy vuelta y empiezo a ser consciente de que uno a veces entra en ciertos lugares de donde salir es mucho más complejo que el simple e inocente hecho de haber entrado.
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M'agradat, Jan. la foto més.les paraules s'avui les entenc menys.
ResponderEliminarsalutacions i una abraçada.
Estimat Jan, no se com t'ho fas però ho aconsegueixes. Cada imatge teva no tan sols es una meravella sinó que porta annex el missatge adient.
ResponderEliminarUna abraçada
Preciosa toma Jan. Dos mitades de una misma realidad. Para eso estan los gustos.
ResponderEliminarUn placer pasar por aquí.
Un abrazo
La foto, preciosa. El comentario, enormemente inquietante aunque totalmente cierto.
ResponderEliminarUn texto que inquieta y una fotografía muy bien lograda.
ResponderEliminarQue decir estimado, a mi los lugares encerrados entre vitrales me generan un tremendo atractivo y la necesidad de salir arrancando al mismo tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente la luces y la intensidad de los colores conseguidos. Saludos.
ResponderEliminarHola Jan, voy tomando las visitas poco a poco después de volver de tu tierra (Barcelona) donde hemos pasado estas fiestas con la familia.
ResponderEliminarTe deseo un feliz año.
Un abrazo
jajajaja ¡Cierto! me recuerdas la anécdota que viví hace unos años cuando fui a Kfar Nahum a vistar una iglesia ortodoxa preciosa que hay cerca del Mar de Galilea y el guarda me dejó encerrada adentro y se fue a comer.
ResponderEliminarMenos mal que yo tenía las llaves del coche conmigo, mis compañeras lo buscaron al guarda y me rescataron del encierro... ¡Pero que buena meditación tuve ahí en ese recinto bello y sagrado!
Una foto con multitud de interpretaciones. No es fácil, hay que mirarla y pensarla con calma, la luz puede estar fuera, no dentro.
ResponderEliminarUn abrazo.