1ª Parte…
Pintar puede ser un aliciente para liberar los sentimientos, pero también es una afilada cuchilla de afeitar, que hiere sistemáticamente el alma…
Un pintor que tiene la necesidad de crear, de pintar su entorno, de enfrentar sus miedos ante un lienzo en blanco o dibujar garabatos inteligibles en un grueso papel de 450 gramos, suele estar atado a un febril proceso creativo que casi siempre termina en una crisis personal muy difícil de comprender para su entorno y mucho menos de asimilar por aquellos que simplemente ven el carácter bufón del mismo ante la adversidad que la propia vida le ha ofrecido.
Desde fuera querer entender una mente inquieta, suele ser un fracaso personal que en muchas ocasiones terminamos velando, disimulando, entre sonrisas que suplen el no entender lo que vemos.
He visitado muchos museos en mi vida. Unas veces solo y otras con la compañía de diferentes pintores. De todos mis acompañantes, solo uno ha complementado mi particular visión del arte. Solo uno me ha permitido romper las barredas herméticas del que crea de la nada su propia necesidad y atesora con fuertes trazos de su paleta, su propia supervivencia mundana. Como suele suceder, su obra obtendrá mucha más relevancia de aquí unos años. Todo esto sucedía en Barcelona hace ya la friolera de ocho años.
2ª Parte…
Hace un par de años, (más o menos) conocí a un pintor llamado Alejandro Pavín. Un encuentro en la calle pintando un mural para una librería. Durante este tiempo ha habido diversas conversaciones. Incluidas algunas completamente intrascendentes. Otras fueron más profundas. Sobre el arte, el sentimiento, la necesidad que tiene uno de seguir escupiendo su fuego interno sobre el entorno que nada comprende ni acepta.
Un pintor, debería de pintar sin preocuparse de nada. De no ser así, cualquier sociedad (y la sociedad actual mucho más) suele pasar factura y el cobro de la misma, no es precisamente fácil de afrontar.
Se mueve con soltura en los murales que por encargo le piden. Cualquier pared, puede cobrar vida a través de sus trazos…
La imagen corresponde al mural realizado por Alejandro Pavín por encargo, a la Pastelería Mürken en la calle Caupolican nº 53 de Limache.
Ya sé que para la mayoría de los que accedéis a este espacio, queda un poco lejos, pero los que estáis más cerca, podéis acercaros a tomar cualquier cosa a la Pastelería y ver más de cerca el mural. Además podéis ver también una serie de 18 fotografías realizadas por quien suscribe estas palabras. Si compráis alguna, perfecto. Sino… también.
Clic aquí para ver la serie completa:
Copyright © By Jan Puerta 2013.
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
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ResponderEliminarRecorde que em vaig quedar amb la meva "impaciència"
ResponderEliminarhttp://janpuerta.blogspot.com.es/2011/09/alejandro-pavin.html
(Remei dijo...
Qué pintará Alejandro Pavín?
Ya me dejas con mi impaciencia...
Bon dia Jan!)
...ara he vist el comentari meu a l'entrada on presentaves a Alejandro Pavin i per fi puc admirar allò que pinta...
Gràcies Jan, ja s'ha esclarit el meu dubte i la veritat és que no m'ha decebut, es admirable.
Una forta abraçada!