Tercera entrega…
Improvisar un bodegón, con unas cuantas aceitunas
negras, (d’Aragó) y unas cuantas de verdes (manzanilla) mas
una marca de aceite de oliva y parte del mismo vertido en un “satrill”, no siempre resulta como uno espera. Pero como
la idea inicial radicaba en ilustrar una entrada que me permitiera explicar parte de mis recuerdos dormidos por
falta de sabor similar el resultado del resultado global no puedo quejarme.
Continuando con la grata sensación que supone
despertar un recuerdo a costa de las papilas gustativas de uno, que por estar
lejos de donde nació casi olvida ciertos sabores, lo acontecido el sábado
sirvió para equilibrar esas carencias,
que la distancia y las leyes de importación de ciertos países vuelves
quimeras imposibles algo tan simple, como colocar en un plato unas aceitunas
negras, “mortes o olives d’Aragó”, con el libido del recuerdo en su aroma
y en su sabor.
Podría cerrar los ojos y repetir en voz alta como
quien repite los reyes godos o las preposiciones cuarenta y ocho años después de
habérselos aprendido, el recorrido que hacía con mi Padre y su viejo Pegaso “comet”,
con una cisterna por cargar buenos caldos negros de 13 y 14 grados, en la comarca
del Priorat. Para mis ocho años, un viaje así que podía repetir con cierta
frecuencia en periodo de vacaciones escolares, suponía una aventura que hoy en
día recuerdo con la misma intensidad e importancia que le daba entonces.
En un “celler de Falset”, mi padre siempre llenaba
la bota de vino tinto que le regaló un amigo de la Rioja. Allí mismo compraba “olives
mortes” que vendían de Valdealgorfa o Alcoriza, poblaciones estas de la
provincia de Teruel.
Curiosamente, cuarenta y ocho años después, el
amargor de las aceitunas muertas que preparó Don Sebastián, de quien os hablaré
en otra ocasión, y que su señora tuvo el buen tino de obsequiarnos con un
tarro, me devolvió mis años perdidos y reafirmó mis ganas de seguir soñando.
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completa: Anécdotas
Copyright © By Jan Puerta 2014.
Texto y fotografías con
copyride del autor.
Com tirem de menys el passat...
ResponderEliminarÉs bona senyal.
Abraçades.
ResponderEliminarla memoria y el paladar están unidos por un sutil hilo invisible que perdura intacto por años y años.
=)
Els aromes i sabors de l'adolescència no s'obliden mai, van i venen constantment!
ResponderEliminarEstic d'acord amb le que et comenten Jan. Una abraçada-.
ResponderEliminarEs preciosa, pero estoy tomando el café, gracias.
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