Para cualquier fotógrafo o periodista acostumbrado
a lidiar con los sucesos sean estos de la índole que sean, cuando se entera de
un terremoto de intensidad 8.2 en la escala de Ritcher, lo que primero que
piensa es en cómo llegar hasta el lugar de la desgracia. Son minutos que se
vuelven eternos donde todo lo lógico falla y la improvisación marca las pocas
posibilidades de llegar de los primeros al lugar.
Mientras tanto, uno no escucha sino aquello que le
interesa, dejando lo demás en un segundo plano. Son los gajes de una profesión
que todos dicen entender, pero nadie comprender cuando sucede.
El martes por la noche, en el momento que escuché
que se había producido un terremoto, de casi 8 grados, me asaltaron todos los
inconvenientes habidos y por haber…
Afortunadamente la corta duración del mismo en
relación al acaecido en febrero de 2010 y la diferencia entre un grado 8.2 y un
8.8, dejaron hasta el momento un saldo de 6 personas fallecidas por diferentes
causas atribuidas al seísmo. Pero lo realmente importante fue que el tsunami,
solo fue un espejismo de lo que hubiera podido ser.
Mientras tanto, y en espera de ese nuevo
terremoto, tengo una mochila preparada con lo necesario para hacer mi trabajo.
Una cámara digital réflex. Una, micro cuatro tercios y una analógica. Cuatro
lentes en total. Baterías, -que voy recargando a menudo- Tres tarjetas de
memoria CF de 32 gb y un par de SD de 16 más unos cuantos rollos de Ilford, y
un viejo flash Metz, fiel compañero en otras historias narradas… Lo demás, solo
depende de la naturaleza y de la intuición que tenga uno…
A veces, una simple fotografía nos deriva hacia
una triste historia, y en otras, la imaginación de uno la transforma en parte
de un guion con tintes cinematográficos.
La imagen de hoy, pertenece al terremoto del 2010,
al igual que la de ayer. Imágenes que nunca vieron la luz y que guardo muy
celosamente… y que voy dándoles la luz a medida que algún que otro terremoto
parecido sucede y me pilla a más de 35 horas por carretera y con muchas
dificultades de llegar por aire. Demasiadas en esta ocasión.
Lo que queda… a veces solo es dolor.
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Copyright © By Jan Puerta 2014.
Texto y
fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Aun así esperemos que no suceda.. Un abrazo
ResponderEliminarOjalà no tires mà de la motxila que tens preparada...
ResponderEliminarTot i que el dolor es inevitable, esperem que les conseqüències siguin menors de les que es preveuen.
ResponderEliminarHorrible, lo siento mucho.
ResponderEliminarEspero que estén superando el tema con fuerza,
valor y dedicación.