Las escamas de la dignidad

Algunas personas deberían de ser elevadas a una categoría que bien podría llamarse “ejemplo para la juventud”. Doña Susana, es una de ellas. Nació en 1929. Empezó a trabajar con pocos años. Así se hacía entonces. Sus primeros juegos fueron con la imaginación de crear un juguete con cualquier desecho que se podía encontrar. Su primera muñeca la tuvo meses después de casarse, cuando nació su primera hija. Así eran las cosas.

Doña Susana no falta ni un solo día a su puesto de trabajo. Es la más veterana. La que llega primero, cada mañana. La que trabaja siete días a la semana. La que se conforma con poco, ya que suele decir que de esta vida no nos llevamos nada. La más coqueta, que no duda en trabajar con sus humildes joyas entrelazando sus dedos, mientras con ese cuchillo bien afilado limpia cualquier pescado por unas pocas monedas. La que siempre sonríe. La que cuando llora nadie lo sabe.

Continuara…

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“Haciendo amigos”
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