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Los jueves leemos el Quijote con Pedro Ojeda
Cap. 2.44
Para ser un capitulo de transición me parece lleno de detalles muy significativos en el proceder de quienes nos los hacen vivir. En primer lugar, la nueva aparición de Cide Amete, esta vez parece poco justificada pero conforme vas leyendo sus palabras encuentras el espacio adecuado que tiene en el capitulo en sí. Esa afirmación que dice sobre el recibir las alabanzas por lo que uno ha dejado de escribir me parece una de esas frases que en principio pasan desapercibidas, pero en una segunda lectura del propio capitulo cobra una importancia vital, en que lo explica en el mismo.
En este capítulo vemos partir a Sancho vestido a lo letrado. Pero montado sobre un macho a la gineta, mientras su adorado rucio se encontraba engalanado siguiéndole unos pasos atrás. Sancho se empezaba a sentir importante.
Antes Don Quijote le pasó a Sanco las notas escritas con los consejos y estos al caérsele fueron recogidos por el Duque quien al leerlos no dejo de admirar la parte cuerda del loco caballero.
Don Quijote muestra su pudor y su vergüenza al hablar con la duquesa. Por un lado por el acercamiento que supondría el tener una doncella quien lo desvistiese y por otro, por esos puntos de media abiertos, que sin duda no se corresponderían con el caballero que pretende ser. Las apariencias además de engañar el ojo ajeno hacen mella en pensar que comentarios causaría a quienes lo viesen mostrando esa parte mísera en su vestimenta.
La parte final del capítulo, parece querer esconder una intriga de difícil solución por los propios acontecimientos que han de suceder en los próximos capítulos. Dejando a la libre interpretación del lector lo que suspira Don Quijote provocado por la romanza interpretada con el acompañamiento de un arpa por la doncella Altisidora.
Esos últimos pensamientos antes de cerrar la ventana y el capitulo, son por un lado la escusa por su parte para entender el enamoramiento que causa su figura, su persona entre las damas quienes se enamoran fácilmente de él. Pero por otro lado nos deja pensativos en cuanto a la interpretación subjetiva que podemos hacer de lo que cuenta. No debemos olvidar que Don Quijote cuando habla a sus visiones lo hace desde esa locura que a pesar de estar bien documentada nos muestra la parte más irracional de sus actos.
Hay una frase que cada vez que he leído el capitulo me sigue pareciendo soberbia, tanto como justificación de todo lo que hace Don Quijote por Dulcinea así como tarjeta de presentación de algo que sin querer está predestinado a que suceda. A que le suceda a él…
“Para ser yo suyo y no de otra alguna, me arrojó la Naturaleza al mundo”.
Y así, dejamos el capitulo, esperando que el próximo jueves por mi parte pueda estar en fecha y hora convenida. Esperando a ver los acontecimientos que nos tiene preparados Cervantes, en colaboración con los duques y las aventuras de Sancho como gobernador.
Foto quijotesca:
Como complemento a las palabras de Cide Amete, os dejo un grabado de 1874, perteneciente a una edición parisina, donde Alonso Quijano está leyendo libros de caballería, hasta llegar a la misma locura. En la pared, quizás un grabado, tal vez sus imágenes soñadas donde los gigantes esperan al valor de don Quijote.
La ilustración pertenece al ilustrador Albert d'Arnoux Bertall, quien en Paris, además de ilustrar obras de Andersen y el propio Don Quijote, también fue uno de los grandes fotógrafos retratista de finales del siglo XIX.
El grabado para la edición fue realizado por Charles Maurand quien además fue un gran gran grabador en madera.
Clic en las imágenes para verlas mejor
“Quijote”
Copyright© By Jan Puerta 2009
Texto y fotografías con copyright del autor
janpuerta@gmail.com
¡Qué interesantes son siempre tus comentarios quijotescos y las fotos y grabados! Aunque en el tema de Quijo y su amor por Dulci, tiendo a discrepar. Creo que en el fondo era homosexual y su gran amor era Sancho pero en aquellos años no podía, de ninguna manera, salir del armario. Entonces en su delirio sexual reprimido tenía que glorificar a una mujer--Dulcinea del Toboso. Besotes, M.
ResponderEliminarBON DIA JAN:
ResponderEliminarGracias, por deleitarnos con estas Aventuras Quijotescas,la de hoy, más bien es Sanchesca, pues el protagonista es D. Sancho Panza.
Una abraçada, Montserrat
Sigo disfrutando con tu visión de Don Quijote, siempre descubro algo y recuerdo lo casi olvidado ... y disfruto de esos retazos fotográficos, que demuestran una sensibilidad especial para saber ver.
ResponderEliminarun abrazo
Me abstengo de pronunciarme. No estoy suficinetemente preparada para ello. Dia llegará...Saludos, Jan.
ResponderEliminarCuánta razón tienes en retomar tu comentario a partir de la revalorización del silencio: se me había escapado, quizá por estar inserta en un contexto irónico, pero tu apreciación es certera. Gracias por regalarnos una segunda y magistral entrada completa sobre el Quijote en la misma semana.
ResponderEliminarComo me gustan las fotos que pones en tus entradas quijotescas.
ResponderEliminarNo comparto la idea de MERCGE aquí arriba. SI fuera asi, no sentiría DQ que las 4 jóvenes cerca suyo son como puñales en el alma. Si le molesta tanto es porque, en definitiva, es un hombre que le atraen las mujeres, aún cuando el objeto de su amor sea idealizado.
El hace esfuerzos por no caer en la tentación para mantener su fidelidad a Dulcinea.
NO veo porque la amistad sincera y el compañerismo, que siempre mantiene además la relación amo- criado, deba interpretarse en un sentido sexual.
Es más, en los momentos que DQ aconsejó a SANCHO en los capítulos precedentes, hasta parecía más un padre que un amigo o amo.
Un abrazo
PD Digo MERCHE, vale.
ResponderEliminarNo me había fijado en esa frase que destacas, pero tienes razón en que puede encerrar mucha información.
ResponderEliminarUn abrazo