Perdices asadas

“Yo señor, por que se leer y escribir, y soy vizcaíno”
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Los jueves leemos el Quijote con Pedro Ojeda
Cap. 2.47

Aparece un medico que se hace llamar Doctor Pedro Recio de Agüero, dispuesto a seguir con la trama burlesca del duque a pesar que en primera instancia pueda parecer que vele por su salud. Sancho está a punto de comer cuando el médico resucita a Hipócrates, norte y luz de la medicina a base de un aforismo que le viene como anillo al dedo cuando Sacho, hambriento como siempre está a punto de hincarle el diente a unas perdices asadas.
“Toda hartazga es mala; pero la de las perdices, malísima”.
Después de pronunciar estas palabras e ir prohibiéndole paulatinamente el resto de los platos, Sancho, quien ahora es gobernador y no quiere pasar hambre bajo ningún concepto la emprende contra el médico, librándose este, de un mal mayor gracias a la llegada de un correo quien le traía una misiva que por su importancia requería de toda su atención.
En el mensaje, el duque advierte a Sancho de un complot sobre su persona, entre otras cosas por la locuacidad que ha mantenido en las últimas disputas. Tal vez el duque pretende poner fin a tanta burla de una manera diplomática pensando que Sancho no dispone de la valentía de Don Quijote y optara por una huida a tiempo.
Sancho, ante la lectura por parte de su secretario, que era vizcaíno, (genial) Intrigado queda pero no le queda otro remedio que atender a un labrador quien viene a solicitarle su parecer por un tema, el cual no hace más que aumentar la ira de Sancho.
Cervantes que nos hace ir a cada capítulo a buscar a nuestros personajes por separado, nos emplaza en el próximo capítulo a retomar el lecho de Don Quijote donde lo dejamos vendado el rostro y curando de las gatescas heridas.

Fotos quijotescas

La imagen de hoy pertenece a Talca, una de las ciudades donde el pasado 27 de febrero sufrieron una gran devastación por el terremoto de 8,8 de la escala Ritcher.
Caminando en una de sus calles, encontré en un tejado que aun se mantenía en pie, al mismísimo Don Quijote enfrascado en una de las escenas mas características de la obra cervantina con la veleta indicando el sur, que era el camino que yo debía de seguir.
Hice la fotografía y proseguí viaje.

Grabados quijotescos.

“Le Rire” fue una revista francesa fundada en 1894 por Félix Juven. Históricamente está considerada en Francia como la revista de más éxito y aceptación de las llamadas “Humoristiques journaux”.

Hoy en día la cotización de ciertos ejemplares de la misma, alcanzan cifras inimaginables debido a la calidad de sus ilustraciones. Pintores como Toulouse-Lautrec, Joan Grís, Metivet Lucien, AdolpheWillette o Jules Grandjovan dejaron en sus páginas obras de un valor artístico fuera de lo común.

Estos artistas solían asistir a los espectáculos de Music Hall, los cabarets y los cafés donde obtenían de la realidad parisina las escenas necesarias que más tarde plasmarían en sus ilustraciones costumbristas de la época. La Rire, era un fiel reflejo de la sociedad parisina.

Como curiosidad, en el numero 1015 correspondiente a enero de 1939, aparecieron nuestros héroes cervantinos en una adaptación firmada por “Ben” bajo el titulo de: “Les véridiques aventures of Don Quixote de la Mancha”.
Sus aventuras fueron tan dispares como ver a Sancho de gobernador regente del “Banque e France”. Sin duda una idea disparatada, pero que no deja de maravillarnos al pensar en las posibilidades que dan de sí, los personajes cervantinos.

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“Quijote”

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