Algunos autores han representado en mi vida horas placidas de lectura. Horas perdidas, que decía un viejo amigo para después inquirir… Pero, ¿qué mejor manera hay de perderlas?
Federico García Lorca me introdujo en la poesía. Mis dieciséis y diecisiete años, me llevaron a buscar identidades donde se reflejasen mis necesidades creativas.
El primer libro que leí de Federico fue “poeta en Nueva York. El romancero gitano fue el segundo. Este, lo encontré una tarde de sábado en un puesto de libros usados en la calle Consejo de Ciento de Barcelona. Allí, había comprado muchos libros. Igual que en el mercado de Sant Antoni, los domingos por la mañana o en las viejas librerías del barrio gótico siempre que paseaba por sus estrechas y marginales calles. Por esa época compartía un piso en la Rambla Santa Mónica. Un edificio que hoy en día solo resta en la memoria de los que allí moramos o algunos nostálgicos que no están muy de acuerdo con el museo que hoy ocupa su lugar.
Comprando libros a razón de tres o cuatro por semana, llegué a tener una considerable biblioteca. Tuve que obtener en varias ocasiones, nuevas estanterías para ir ampliando las que se iban quedando pequeñas por la llegada de nuevos libros. Pasaron los años, los traslados pertinentes y mis ansias de viajar me obligaron a tomar una determinación con los libros. Los que consideré esenciales, me acompañan. Son pocos pero me alegro de haber iniciado ese periplo con ellos. En alguna ocasión en este espacio ya os hablé de ellos. Algunos los regalé a buenos amigos que también tuvieron que comprar más estantes para sus librerías.
Clic sobre la imagen para verla más grande
Clic aquí para ver la serie completa:
Copyright © By Jan Puerta 2010
Texto y fotografías con copyride del autor
Un buen libro es un buen compañero, llena muchas horas vacias, siempre te acompaña y nunca se queja, un fuerte abrazo amigo Jan
ResponderEliminarMagnífica la imágen. Refleja el drama sobre los libros y sobre Lorca.
ResponderEliminarUna mirada atrás, con cierta nostalgia y gran emotividad, para enriquecernos con tus recuerdos. Sin duda hay libros que siempre llevamos con nosotros, donde quiera que nos encontremos, al igual que ciertas fotografías.
ResponderEliminar¿por qué coleccionamos recuerdos y experiencias?
Un fuerte abrazo
Hola Jan:
ResponderEliminarUn tiempo leido, jamás será perdido. (una parrafada meva)
Yo tenía un disco de Leonard Cohen titulado Poetas en Nueva York.
Cantaban este cantan, creo que tambien Manzanita, homenajeando a este gran poeta que fue García Lorca.
Yo iba de pequeña mucho con mi padre a comprar libros al Mercat de Sant Antoni, los domingos por la mañana.
Y me acuerdo que algunos estaban oxidados pero que curioso con las páginas aún por separar.
Una abraçada, Montserrat
Hay libros que bien merecerían un "museo"
ResponderEliminarDesprenderse de un libro es algo que cuesta y que duele. No sé muy bien cuál es la razón ya que esta me dicta que un libro una vez leído, ha cumplido su cometido pero, el tiempo que ha estado en mis manos, las sensaciones transmitidas y las horas vividas, no son fáciles de dejar atrás. Quizás por eso en mi casa los libros se almacenan por todos los rincones.
ResponderEliminarUn saludo. Te sigo desde hoy
Estimado Jan:
ResponderEliminarMe sentido identificada con el tema de los libros.
Los míos han sido compañeros de muchas horas y han marcado momentos y etapas de mi vida; así que imagino que sería muy penoso desprenderme de ellos...
Y, como le sucede a Luis, en mi casa también pueblan estantes y rincones!
Un beso
Hablando de Federico, que tan bien ilustras con la foto-cartel de esta entrada, no había sido un autor de mi interés en la época del colegio, siempre con su Romancero Gitano a vueltas, al que no encontraba ninguna gracia. Hasta que un buen día leí "Poeta en NY", ese día cambió mi forma de entender la poesía.
ResponderEliminarPD. Como también viajo, no me queda más remedio que esperar a la publicación de las ediciones de bolsillo.
Saludos,
Qué decir de los libros y de Lorca, ¡pura emoción hombre!
ResponderEliminarPreciosa e intensa fotografía, me encanta.
Te dejo un soneto del amor oscuro de Lorca, quizá mi favorito:
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que me pone de noche en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas, y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío.
No me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi Otoño enajenado.
Abrazos querido Jan.
.
Foto surrealista per a un poeta surrealista. El poeta verde.
ResponderEliminarBella foto, Jan.
ResponderEliminarSin duda un buen libro es un muy buen compañero de ruta.
Abrazos.
Imagino el sentimiento de abandono cuando tuviste que desprenderte de ellos.
ResponderEliminarLorca es uno de mis poetas favoritos y la fotografía le hace honor
abrazos
Buenas noches, Jan Puerta:
ResponderEliminarNo soy capaz de desprenderme de ningún libro. Y desde hace ya tiempo -que escarmenté- no me gusta prestarlos.
De “El Quijote” tengo varios ejemplares, de diferentes ediciones.
En mi juventud, quizás porque disponía de más tiempo para leer, fue cuando más libros me compré.
Y de Federico García Lorca, pues decir que –lo mismo que a tantos otros- fue como matar un ruiseñor.
Saludos.
A los veinte conquisté a un gran amor declamando "Muerte de Antoñito el Camborio".
ResponderEliminar¡Cómo no querer a García Lorca!
y no sabes como te entiendo....
ResponderEliminarHola Jean, en primer lugar agradecerte tus comentarios en mi blog. He estado viendo el tuyo y me gusta mucho, no sólo las fotos sino la forma de escribir y contar las cosas...Me quedo por aquí, porque me gusta lo que veo y leo.
ResponderEliminarUn saludo enorme amigo.