Normalmente los perros y los gatos no suelen llevarse muy bien. Pero como todo en esta vida, hay excepciones. La imagen de hoy es una muestra de ello. Todo sucedió frente al 946, portal este que corresponde a una tienda de comida para animales.
Lo que son las cosas, el perro negro tenía ganas de jugar. El gato, también. Yo simplemente tenía ganas de hacer una fotografía para que mi serie.
Las tres partes consiguieron su propósito.
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Copyright © By Jan Puerta 2009
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Me gusta su trabajo,no hay dia que no le eche una ojeada, pero por favor, cuénteme porqué perros con números y ahora gatos...me desorienta...
ResponderEliminarEn otro orden de las cosas, la tensión se hubiera olido a kilómetros...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
No parece que el gato las tenga todas consigo a juzgar por su actitud.
ResponderEliminarPero, si terminaron jugando, sería una demostración de que es posible la convivencia entre razas, culturas, religiones, etc.
Aprendamos de ellos.
Un abrazo.
Quizá en el 946 tengamos la utopía de la convivencia.
ResponderEliminar(Perdona mis ausencias últimas, pero estoy con cuestiones personales que me impiden visitaros con calma.)
Muy buena foto!
ResponderEliminarEl gato está bastante incómodo eso sí...
jejejej muy buena foto, y magnífica la manera que tienes de comentarla.
ResponderEliminarabrazos.
Hola Jan
ResponderEliminar--------
Una pasada de fotografía, es estupenda.
El gato tiene la cola un poco erizada.
Una abraçada, Montserrat
:) hmmmm el gato se ve nervioso!
ResponderEliminarLa fotografía super oportuna!
Saludos!
Love this.
ResponderEliminarA great blog!
I´ll be back.
¿Se pelearon o posaron amigablemente para ti?
ResponderEliminarBesos
Feliz tarde de domingo, amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jan en casa de mis abuelos siempre comian los perros y gatos del mismo plato de comida y sin "discutir" lo mas mínimo.
ResponderEliminarUn abrazo
Sigo con problemas para conectarme yo también, pero qué suerte que blogger me permitió entrar esta vez, todas tus últimas miradas son impactantes, el tríptico frente a esa fachada abandonada en Quillota me dejó helada. Qué cerca caminan nuestros pasos.
ResponderEliminarGatos y perros saben hasta donde llegar, fantásticos ! abrazos querido Jan