La semana pasada fallecía Sergio Larraín Echeñique. Fotógrafo chileno que un buen día aparcó su vieja Leica e inició una etapa muy personal, donde el yoga, la meditación y el contacto con la naturaleza pasaron a ser sus prioridades esenciales de existencia.
Mucho se ha escrito sobre su decisión. Su vida, después de la misma, fue un privilegio que solo unas pocas personas pudieron disfrutar.
Nadie entendió en su momento un cambio tan abrupto en su vida. Incluso cuando solicitó a Magnum que se retirase toda su obra, incluidos sus negativos. Detalle este, que nos indica hasta qué punto quería tener un antes y un después en su nueva vida.
Magnum no accedió a sus deseos. Unos dicen que gracias a ello, conocemos su obra más en profundidad, aunque otros pensamos que las decisiones de uno deberían ser siempre respetadas aunque ello conlleve condenar al ostracismo más hermético su trabajo.
Magnum no accedió a sus deseos. Unos dicen que gracias a ello, conocemos su obra más en profundidad, aunque otros pensamos que las decisiones de uno deberían ser siempre respetadas aunque ello conlleve condenar al ostracismo más hermético su trabajo.
Don Sergio, abrió Valparaíso al mundo. Le dio un estatus de urbe fotografiable. Mitificó sus cerros, sus calles, sus personajes… su día a día, dejando plasmados en miles de negativos una realidad donde la pobreza, la marginalidad y esa singular orografía que tiene la ciudad porteña.
Por mi parte, recorro Valparaíso pensando que tal vez, los pasos que doy, ya los dio Don Sergio. Lo que veo, el también lo vio. Y aquello que para él era cotidiano, normal y fugaz, para mí es una fuente de inspiración diaria a tener en cuenta.
Valparaíso se ha vuelto una ciudad donde el color es parte de su patrimonio. Su crecimiento desmesurado alarga sus cerros dándole una peculiar visión ya sea desde el mar o desde la misma ciudad. Parece que todas las calles tienen un relieve insalvable. Da la sensación que uno está viviendo en un paraíso donde solo existen encuadres imposibles y necesidad por plasmarlos a través de una cámara, de un lienzo y también en una cuartilla en blanco donde el poeta o el prosista necesita escribir sobre ella.
Pedro Ojeda, del blog “La Acequia”, tiene una frase para despedir a los que abandonan esta efímera vida que dice… “Que la tierra, le sea leve”.
Un deseo más que justificado en la persona de Sergio Larraín Echenique.
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Copyright © By Jan Puerta 2010
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Bello reconocimiento hacía la persona de Sergio Larraín, una interesante historia del antes y después en su vida, me gusta la frase "que la tierra le sea leve", un gran abrazo Jan
ResponderEliminarGood Shot
ResponderEliminarWeell done
Lo importante es hacer lo que uno cree que debe de hacer. Este viaje que es la vida, es corto y me temo no hay segundas oportunidades.
ResponderEliminarSaludos
Buena foto, buen homenaje.
ResponderEliminarEstar en armonía contigo mismo, una sabia y difícil decisión.
Un abrazo
Una historia que cuenta de como al final no somos dueños de lo nuestro. Siempre hay un interés mayor que hace que lo que deseamos no se cumpla. Magnun debería haber accedido a las peticiones del único y verdadero dueño de aquello.
ResponderEliminarUn hombre que me parece interesante de descubrir. Un cambio tan rotundo no puede deberse a un capricho.
Me sumo a este tu homenaje.
Un abrazo
Hola Jan, a veces la vida nos da estos quiebros de un antes y un después y nunca se sabe si es para mejor o peor.
ResponderEliminarEn este caso el cambió fué radical por lo que cuentas.
Seguramente recorréis las mismas calles en busca de la fotografía.
Un abrazo
Merecido homenaje a un gran maestro. Me encanta la fotografía de Sergio Larraín y ¡qué buena la carta a su sobrino!
ResponderEliminarUn saludo
"Cuando es invierno en el Mar del Norte,
ResponderEliminares verano en Valparaíso.." Ángel González.
Verdaderamente que es un privilegio ese cambio y forma de vida.
Linda foto.
Un abrazo.
De vegades pense que no ets conscient del gran treball que fas...
ResponderEliminarUn bes i gràcies.
An inspiring post. Thankyou. And an excellent photo,
ResponderEliminarEsta casita es muy sugerente...! me encanta su color!
ResponderEliminarUn abrazo,
Complicado dilema, respetar su deseo y sepultar su obra.
ResponderEliminarMe entristece enterarme de la existencia de un buen fotógrafo por culpa de su fallecimiento. Es lo que nos suele pasar a los que nos falta algo de cultura fotográfica.
ResponderEliminarEmotivo homenaje.
Un abrazo.