En el texto que acompañaba la imagen de ayer no mencionaba la mano. Pero es obvio que la composición gira alrededor de ella. Esa mano extendida que implora y provoca angustia, desesperación, miedo y resignación. Esa impotencia absurda de no saber por dónde comenzar a cambiar los designios de nuestra propia existencia.
Otras manos viven ajenas a todo. Lo suyo es asir con fuerza lo que se tiene, provocar sonrisas, y placer. Hacer ver y sentir la vida de otra manera. Ajenas a una realidad que no les toca directamente. A pesar de ser manos que provocan una efímera ternura, son de mayor consideración que aquellas que imploran algo de dignidad.
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Y es que la existencia nos arroja a todo eso. Al miedo, la desesperación, la impotencia, pero también a la alegría y el placer. Son efímeras porque vivimos en un mundo efímero...
ResponderEliminarSaludo
mj
Hola Jan, da la sensación de que el chico va "empujando" (al llevar la cabeza adelantada) a la chica, que va mas relajada con el baso en la mano.
ResponderEliminarUn abrazo
La mano que aferra puede expresar compañía o propiedad. En ele segudno acaso aparecen los problemas,
ResponderEliminarPues yo en este caso también me aferraría ;-)
ResponderEliminarquizás una forma de aferrarse a la vida...... mientras no hunda al flotador o a la chica.
ResponderEliminarBesos
Esta mano que aferra parece muy posesiva.
ResponderEliminarBuen detalle.
Un abrazo.
Una mano que pide, una que aferra, una que sostiene. Un juego de manos que para muchos son verdaderos equilibrios, hay que aferrarse a lo que uno buenamente pueda. Un abrazo para ti Jan
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