Mis pasos me han llevado hasta la Caleta de Pichidangui. Las nubes más altas, empiezan a tener ciertos matices de color. Camino por el acceso al viejo muelle mientras un tímido sol amarillento, viejo y cansado en apariencia, hace su aparición en el horizonte. Paso junto a dos gaviotas que parecen querer ignorarme. Me doy la vuelta lentamente y descubro una tercera en la parte alta de las escaleras. El color de momento me llena de recuerdos, de momentos vividos en condiciones similares.
Observo la calma del momento y pienso que lo que veo es un cuadro pictórico impresionista que tal vez vi en algún museo. Podría ser en Ceret o quizás en el de Tossa de Mar. Pero estoy muy lejos. Tal vez demasiado. Nunca se sabe. Pero el caso es que me asaltan recuerdos vividos no hace tanto. Sigo pensando en el supuesto autor de una obra así y pienso que su autor, a principios del siglo XIX lo habría titulado “el amanecer de las tres gaviotas”.
Hago la foto, y mientras me recuesto sobre un montón de Cochayuyo, escribo esta nota que algún día acompañará como texto esta imagen. Espero.
Estas notas pertenecen a una de mis libretas de viaje que siempre me acompañan. Con ellas, mi memoria deja de jugarme malas pasadas y se transforman en un texto imprescindible para definir el momento que realicé la fotografía.
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Copyright © By Jan Puerta 2012.
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
es un buen método de trabajo que deberías patentar.
ResponderEliminarlástima que no acabe por salirte lo del editor.
yo de momento tiro de memoria, aunque lleve libreta si no tengo donde apoyarme con comodidad ni llevo la pluma no me sale bien la letra. pero esto que quede entre nosotros.
la foto la veo oscura, quiza demasiado contraste, no se.
un abrazo desde el interior.
Una imagen que se toma y se guarda, es como el buen vino que mejora con el cuidado y el tiempo.
ResponderEliminarEsta foto tiene un poco de eso. Tiempo para alcanzar el valor de aquello que se vivió, de lo que fue cierto y por lo tanto existió.
Un abrazo
gracias por compartir este momento mágico!
ResponderEliminarRipley:
ResponderEliminarLa utopía del editor está siempre presente en mi vida. Pero qué le vamos a hacer. Tendré que seguir intentándolo.
A veces busco la calma de un café, una mesa de mármol y una silla de madera, junto a la pluma (o bic) y la libreta, pero no siempre puedo encontrar el escenario perfecto.
Un abrazo
Luis:
El tiempo a parte de los recuerdos, en el tema fotográfico nos suele traer detalles insospechados. Quizás no sea el caso de esta imagen, pero me gusta el haber descubierto su vigencia un tiempo después de hacerla.
Un abrazo
Elena:
Gracias a ti por estar aquí.
Un abrazo