Sin saber porque, una misteriosa fuerza lo llevó hasta una esquina donde permaneció en aparente calma pero sin saber ni el porqué, ni qué hacer. Su mano derecha, acariciaba un extraño artefacto callejero mientras su mano izquierda embutida en su bolsillo ejercía de aparente candado al sujetar una bolsa. La fuerza del amarillo hacia el resto.
A veces, un simple segundo tiene la plasticidad visual suficiente para quedar detenido el tiempo en la retina de uno que lo mira.
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Cierto, Jan, tú sabes mirar y la realidad hace el resto.
ResponderEliminarUn saludo
Magnifica captura. Muy bien vista, has captado el instante preciso. Un abrazo.
ResponderEliminarLos colores nos condicionan psicológicamente, pueden hacernos tomar decisiones o posicionamientos concretos. La capacidad para ver esta foto es admirable Jan
ResponderEliminarUn abrazo
Pues si, si casualidades de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
una foto que sin explicacion poco o nada diria pese a que el señor tiene buen porte y se le ve bien. estoy con Angel respecto a los colores, es lo que nos sucede en otoño y primavera.
ResponderEliminarsupongo que sabías que esta me iba a gustar :)
abrazos
Nítida, clara i curiosa imatge.
ResponderEliminarM'agraden els grocs pujats dee to i barrjats amb d'altres.
Jo també crec en la foçadels colors.
una abraçada Jan
A mi me ha interesado la mirada del sujeto. Es una mirada como sin intención, como dejando pasar el tiempo sin ocuparlo con nada.
ResponderEliminarMe gusta esa aparente lejanía con la realidad.
Un abrazo
Sin menos preciar nada, me quedo con el contraste de color. Saludos.
ResponderEliminarvery nice capture! Love the contrast of the brownish (the wall, the pullover, the cap and the shoes of the man) against the yellow artefacts! You got the perfect eye! un saludo desde Belgica, Hilde
ResponderEliminarAçò és el que m'agrada...a mi m'havera passt desapercebut!
ResponderEliminarBesos!
Yo diría que se está cargando de amarillo, energía gratuita y renovable para todo el día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buen momento, da la impresión de que ese señor lleva la boca de riego colgada de la mano, como si de una pluma se tratase. Y buena resonancia de amarillos.
ResponderEliminarUn saludo
¡Qué a tono!
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