De pequeño, mis Padres, sabían cómo hacerme feliz con poco. Una simple mascara de cartón con una goma para ajustarla a la cabeza. Recuerdo mis tres preferencias… La del jefe indo, la del pirata desdentado y con un parche en el ojo y la del capitán de los soldados que en las películas siempre ganaban a los indios exceptuando lo sucedido al séptimo de caballería. Que sencillo era disfrazarse y pasar una excelente tarde de sábado con los amigos del colegio…
Hoy en día, me encantaría recuperar una de esas caretas. No me daría ningún tipo de vergüenza volver a salir a la calle con ella puesta. Todo lo contrario.
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Magistral una vez más, Jan: ese perfil que parece recién salido del muestrario no tiene precio.
ResponderEliminarAquí hace tiempo que se han agotado las caretas y ya empezamos a conocernos todos.
Un abrazo.
Sensacional imatge. La realitat, encara que ho sembli, no porta màscara.
ResponderEliminarUna abraçada
y los coches con cajas de cerillas y los camiones con las de los zapatos? o las chapas para jugar al futbol y hacer carreras?
ResponderEliminarno teniamos nada y eramos felices, yo asi recuerdo mi infancia.
un abrazo
Tus recuerdos se hace mios. Gran foto.
ResponderEliminarUna rápida puerta de entrada a la fantasía...
ResponderEliminarMuy buena. A mí también me gustaba la de pirata...
ResponderEliminarUn saludo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Jan, yo era de la del indio, se ve que siempre fui un perdedor y lo sigo siendo.
ResponderEliminarSi metemos a la señora en las filas de caretas...
Un abrazo
Una foto estupenda. Me hiciste recordar viejos tiempos, aunque mis caretas eran de india, damas antiguas, y cosas de chicas :). Ah, otro juguete barato y que nos daba mucho de sí eran las muñecas recortables con todos sus vestidos. Antes te entretenías horas con cualquier cosa. Gracias por el viaje en el tiempo.
ResponderEliminarUn beso,
Margarita
Buenas noches, Jan Puerta:
ResponderEliminarUna simple máscara de cartón y te transformabas, te sentías un héroe. En la vida, te conviertes en uno a diario, y desde luego si decides ponértela hay que lucirla con orgullo.
Un abrazo.
P.D.: ¡Qué estupendos dientes la del lobo y la del oso de al lado! ¡Qué sustos acompañados de gruñidos!
También me gustaba la de los indios y montar a caballo jugando a indios y blancos. O disfrazarme de gitana
ResponderEliminar(pero sin máscara).
(No has retado a Abilio? mira lo que escribió al final...;) )
ResponderEliminarSí, parece que antes éramos más simples, yo recuerdo mis propias entretenciones de niña solitaria.
ABRAZOS!
:)))
ResponderEliminarSuper bien vu et résultat extraordinaire