Hoy en día los buzones de la mayoría de las casas solo sirven para albergar las facturas típicas de un domicilio, léase, luz, gas, agua, hipoteca, teléfono con Internet y televisión por cable. También se puede recibir alguna vez un requerimiento notarial por impago de una sanción de tráfico o por el impago de una de las cuotas de la hipoteca. Aunque lo normal es recibir tarifas de precios de comida rápidas o las virtudes de algunos políticos que aspiran a concejales, alcaldes o incluso a presidente del gobierno. Cada vez más raro, ver entrar por el orificio del buzón a una carta con su correspondiente sello de correos, a menos que sea alguna felicitación de navidad.
Pero algunos, añoramos los tiempos donde la comunicación estaba exenta de prisas. Donde escribir y esperar la respuesta podía suponer en el mejor de los casos un par de semanas.
Recuerdo mi ansiedad cuando el cartero había depositado la correspondencia en al buzón. No puedo olvidar esa sensación al mirar los remitentes y encontrar la carta deseada. El entrar rápidamente en casa. Calentar agua y prepararme un te mientras mis neuronas repasaban viajas vicisitudes vividas con algunos de los remitentes.
Mi memoria me trae la figura del viejo cartero cuando al ver mi impaciencia por recibir alguna carta en concreto, me decía para tranquilizar mi inquieto espíritu…
.-No se preocupe… seguro que llega mañana.
Y mañana… llegaba!
Recuerdos que ya son eternos. Ahora, en el mejor de los días recibo un par de cartas. A pesar de la escasez de misivas, sigo manteniendo el ritual. El te no puede faltar.
Hoy he recibido una carta que empezaba así…
Apreciado amigo… espero que al recibir esta carta, tu salud sea buena, como lo es la nuestra a Dios gracias…
Ya se que sonara a cursi, pero me hace pensar en una época que viví, disfrute y nunca podré olvidar. Por cierto la carta terminaba…
Sin nada mas por el momento, nos dependimos atentamente deseándote lo mejor en tu caminar.
No me negareis, que es hermoso. Ya se que con Internet es todo mas rápido. Casi mas seguro y mas económico. Pero eso de contestar un mail en el mismo momento no me termino de adaptar a ello. Es como hablar con un espacio corto de silencio entre dos personas. Como si estuviesen en el bar charlando y uno deja dicho algo mientras va al escusado y al regresar, su amigo le contesta.
En fin, tiempos modernos que diría Chaplin. Pero yo, sigo aferrado a mi blog de notas, libreta sin rayas y el bolígrafo Bic, con tinta negra. De esos que escribían normal tal como decía el anuncio.
Estas palabras son un pequeño homenaje a los buzones. Los carteros y los que como yo, aun amamos y sabemos… escribir a mano.
Con vuestro permiso, voy a ver si el cartero, esta mañana me ha traído alguna carta…
“Anécdotas”
Mirar la Bandeja de Entrada no es exactamente lo mismo...
ResponderEliminar;-)
Fantástico ese oxidado buzón que llama a las cartas por su nombre, supongo que sin demasiado éxito.
ResponderEliminarY qué me dices, Jan, del placer no solo de esperar y leer la carta esperada o inesperada sino de tener entre las manos la caligrafía personal e intransferible del remitente. No era lo mismo que estrecharle la mano o estamparle un beso pero había en el trazo una materialidad que compensaba las distancias y las esperas.
Bellísimo escrito a los ya casi olvidados buzones de correos, sellos, remites y direcciones apuntadas en una agenda...
ResponderEliminarYo también añoro las cartas que con tanta alegría recibía de mis amigas, sobre todo en los meses de verano cuando nos separábamos por las vacaciones.
Inolvidables recuerdos!
Un beso y que tenegas un feliz finde
Llamamé romántica, o nostálgica, pero... soy de esas que sigue utilizando el papel y el boli( Soy más de tinta azul-violeta). Recuerdo también cuando llegaba por fin ESA carta, Me sonrío al ver que también tu preparas un té, como parte del ritual de lectura.
ResponderEliminarSigo escribiendo algunas cartas a mano, sigo preparando un té, buscando el silencio, sintiendo y emocionandome al escribir esas palabras que quiero decir. Lo hago con una sensación especial, de comunicación, de cariño...
Me sumo a tu homenaje, con nostalgia y romanticismo.
Pues es cierto, existe un acercamiento y romanticismo especial con el correo 'convencional' ó manuscrito que no tiene el de ahora.
ResponderEliminarPor suerte, aún es posible usar ambos de modo que podamos aprovechar las grandes virtudes de cada uno de ellos.
Genial ese buzón. Saludos.
Ainsssss.... es verdad, ¡que recuerdos! Anda que no me hacía ilusión ni nada recibir cartas. Aún hoy día alguna escribo pero la verdad es que se ha perdido mucho.
ResponderEliminarMuuuuacks!
No hay nada como una carta real, escrita de puño y letra. Lo del email es un recurso de velocidad abismal, o no hay nada como una carta de las de siempre. Un saludo.
ResponderEliminara pesar de que casi nunca recibo cartas, mi obstinado optimismo hace que cada vez que veo un sobre bajo la puerta siga buscando una... la sensación es parecida a cuando miro si hay comentarios en el blog, pero no es la misma. una carta es como un arcón que uno abre y que puede contener tántas cosas! gracias por tu buzón
ResponderEliminarHOLAAAAAAAAAAA AMIGO JAN VENGO DESDE LA CONSTELACIÓN DEL CISNE A DEJARTE UN OBSEQUIO ESPACIAL. EL PREMIO MARCIANITO 2009 ES PARA TI POR REGALARME TU AMISTAD MARAVILLOSA.NO TIENES QUE COMPARTIRLO Y TE LO HAS GANADO EN BUENA LEY.
ResponderEliminarTE DEJO UN ABRAZO GALÁCTICO Y VEN POR EL MARCIANO QUE TE ESTA ESPERANDO.
CHRISSSSSSSSSSSS
Aprovecho el buzón tan oportuno para dejar la siguiente misiva: Parto a las tierras del Norte donde ni la Red llega. Ya tendréis noticias mías; si no, mi colección del Capitán Trueno para el primo Ricardito.
ResponderEliminarBesos.
Quizá por eso me gustan tanto los correos con más de un par de líneas escritas y por el mismo motivo tengo más de 500 correos sin abrir, de esos que sólo contienen un PPS o similar. Comparto con XuanRata la fascinación de observar las palabras y frases de 'puño y letra' del autor, una exclusividad que comparten, sin duda, los del CSI.
ResponderEliminarLas cartas, como los largos viajes en tren, que empiezan cuando vas a sacar el billete, son como un buen plato de comida saboreada con calma por la boca entera y los ojos cerrados.
Sin más, me despido hasta la próxima, no sin antes desearte te encuentres bien y mucho mejor al recibo de tu siguiente misiva.
Un sincero abrazo desde estas tierras.
P.D.: Iba a decirte que tengo en el garaje pintura para tu buzón, pero me gusta mucho más así.
Eran lindas esas épocas de esperar al cartero...
ResponderEliminarAbrazos,
Bienvenido al Club De las Viejas Añoranzas.
ResponderEliminarEs lo que yo siempre he dicho, que la tecnología es la mayor asesina de lo esencial. Que se lleven la memoria RAM y los megabytes y me traigan mi papel, mi sobre y mi sello!!!
Un texto muy bello el que has escrito Jan y al que me suscribo por completo.
... sin otro particular le saluda atentamente este su amigo
Juan
Para esperar cartas ...en la mili. En Africa nos tirabamos siete meses sin ir a casa. Las cartas, sin moviles ni mails era oro puro.
ResponderEliminarYo también opino que es una pena....que ya casi nadie envía cartas....que con un e-mail o un mensaje a medio escribir nos comunicamos.
ResponderEliminarEcho de menos las cartas...la inquietud de recibir cartas casi a diario.....el esperar la hora de llegada para ir corriendo al buzón y ummmm sorpresa...carta...ummmm....
Era muy especial....me da pena que se haya perdido todo eso....
Jan, eres un sol recordándome estas cosas...
Los tiempos cambian, se supone que a mejor, pero pierde en romanticismo y no se valoran las palabras tanto como antes, sera que ahora es mas facil expresarse, cambiar a ¿mejor?
ResponderEliminarSaludos.
Soy de las que normalmente lee los comentarios previos pero hoy no he querido hacerlo para que no me condicionen :-)) y es que me ha encantado tu escrito e igual me repito con algun comentarista anterior :-)
ResponderEliminarTengo 47 años y siempre me encantó escribir y recibir cartas... desde los 15 años me escribía con amigos y amigas. Cuando alguno de estos amigos era "algo más" esperaba estas cartas con un "plus" de emoción y mi padre se sonreía y me decía una frase (que creo que perteneciente a una Zarzuela) que decía algo así como "El cartero, después de él es a quien más quiero" y a mi me hacía mucha gracia porque sabía que era cierto jajaja
El ceremonial de abrir las cartas con un té me parece estupendo (ahora acabo de tomarme uno, de Ceilán, de Twinings) :-))
Jejeje... aun a riesgo de volverme machacón, te vuelvo a repetir que me encanta como cuentas las cosas... me has despertado recuerdos de hace muuuucho tiempo y coincido con tus sensaciones.... esa emoción del ¿llegará hoy? y esa alegría cuando finalmente llegaba... si me permites la licencia es equivalente a lo que ocurre con la fotografía tradicional y la digital... son innegables las ventajas de la segunda, pero lo romántico, lo artesano y lo emocionante y "misterioso" de aguardar a los resultados de la primera no se igualan con nada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jan: gracias por tu visita y tus palabras. he estado recorriendo tu blog en otras oportunidades sin dejar huella. por lo general miro las fotos sin mucho tiempo para leer, pero recuerdo que reparé en el escrito de "autostop" y al leerlo sentí la misma sensación de vejez que manifestaste con maestría, evocando mi juventud con la mochila al hombro. abrazo
ResponderEliminarHe recordado por un momento los viejos tiempos, cuando en más de alguna ocación le mande una carta a alguna compañera de colegio, cuanta emoción había en enviar y recibirlas, escritas a mano, juro que más de alguna que recibi hasta perfume de mujer traía ..... a que tiempos esos ....
ResponderEliminarRecuerdos de emociones vividas en un tiempo que refleja vivamente ese buzón de tu fotografía...
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Besos y abrazos, Ilona
Basta una sola carta con emoción para hacer que cualquier buzón tenga vida, a pesar de todo el oxido del mundo. La foto, magnífica.
ResponderEliminarclaro, eran conversaciones con pausas largas yllenas de pensamientos y repasos...¡qué emoción cuando llegaban!
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