Con el gesto contrariado y las manos en los bolsillos de la resignación, camina al lado de los profesionales el espontáneo. Quiere mantener el paso. Sueña con un uniforme. Se deja llevar por la imaginación y esta lo sitúa en pleno desfile. Aclamado por la multitud. El, saluda sonriente. Es feliz solo con pensar que algún día, su sueño se hará realidad.
El lo sabe. Yo también.
El lo sabe. Yo también.
Sueños de la niñez... fantasías y esperanzas.
ResponderEliminarMetas que fijamos y que aveces no podemos cumplir nunca...
hermosa imagen.
hermoso escrito.
besos
jajaj, Jan. es preciosísimo...él andando todo feliz...
ResponderEliminarbesos
La ausencia de color le da un aire antiguo y hace pensar que ha pasado el tiempo, que el niño ya se ha hecho mayor y ahora desfila con ellos, pero con el uniforme puesto...
ResponderEliminarHola, Jan. Espero que los uniformes sean de bombero porque de matadores a bala ya estamos un poquito hartos. Un abrazo.
ResponderEliminarNo hay nada como, ser niño.
ResponderEliminarPor su... inocencia.
Por su...imaginación.
Por su...inmadurez.
Por... tantas cosas buenas!!!
Que tiempos los de la niñez.
la infancia , ese tiempo en el que la maldad no tiene cavida, me encantan tus imágenes!!!!!.
ResponderEliminarBESINES