El medico le recomendó largos paseos por la orilla del mar. Que dejara de fumar y el alcohol solo lo usase para desinfectar alguna herida si se diese el caso. Le cambió los hábitos de comer. Nada de grasas y frituras.
.-Come todo lo que puedas crudo… el cuerpo te lo agradecerá!
Siguió la pie de la letra los consejos de su amigo galeno. No se desvió ni un ápice de ellos. Pasaron los mese y los placidos paseos se convirtieron en pequeñas carreras que pronto devengaron en hacer todo el largo de la playa. Vive en un lugar de ensueño. Diez kilómetros de arena negra. Un contraste espectacular con las aguas turquesas del “Pacífico”. Así que cada mañana, hacia diez kilómetros de ida i otros diez de venida.
La facilidad para correr y la buena salud que día a día estaba cogiendo la mejor forma, le hicieron recordar las palabras de su amigo doctor, cuando en el umbral de la consulta, le dio una palmadita en la espalda y le dijo…
.-Sin darte cuenta, serás una persona nueva.
Hoy, sin duda lo es. Le sonríe a las puestas de sol mientras el te humeante se deja querer. Se acuesta temprano y las primeras luces del alba siempre lo encuentran despierto. Corre descalzo. Como en su día lo hizo algún que otro competidor en las olimpiadas. La medalla a la constancia es un premio merecido para todos aquellos que como el, se superan a diario. Con el único propósito de sentirse mejor.
.-Come todo lo que puedas crudo… el cuerpo te lo agradecerá!
Siguió la pie de la letra los consejos de su amigo galeno. No se desvió ni un ápice de ellos. Pasaron los mese y los placidos paseos se convirtieron en pequeñas carreras que pronto devengaron en hacer todo el largo de la playa. Vive en un lugar de ensueño. Diez kilómetros de arena negra. Un contraste espectacular con las aguas turquesas del “Pacífico”. Así que cada mañana, hacia diez kilómetros de ida i otros diez de venida.
La facilidad para correr y la buena salud que día a día estaba cogiendo la mejor forma, le hicieron recordar las palabras de su amigo doctor, cuando en el umbral de la consulta, le dio una palmadita en la espalda y le dijo…
.-Sin darte cuenta, serás una persona nueva.
Hoy, sin duda lo es. Le sonríe a las puestas de sol mientras el te humeante se deja querer. Se acuesta temprano y las primeras luces del alba siempre lo encuentran despierto. Corre descalzo. Como en su día lo hizo algún que otro competidor en las olimpiadas. La medalla a la constancia es un premio merecido para todos aquellos que como el, se superan a diario. Con el único propósito de sentirse mejor.
“Olimpiadas”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
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janpuerta@gmail.com
A es si que le tengo yo envidia (sana ) a la disciplina ... siempre digo que se la quedó toda mi hermana mayor .....
ResponderEliminarMe encantan las playas de arena negra
Medalla merecidísima !!
Jan te visito de nuevo, y me quedo a leer esas medallas tan valiosas...
ResponderEliminarun saludo
Voto también por esa medalla.
ResponderEliminarLa disciplina, mi cualidad más poco desarrollada....digamos nada...cero...rien...null
Cualquier edad es buena para hacer deporte.
ResponderEliminarSaludos.
disciplina, pero mucho esfuerzo, para rechazar muchos placeres a la vez. Aunque ahora los pocos placeres que tenga seguro que los disfruta mucho mejor. Buen homenaje amigo.
ResponderEliminaryo debería hacer igual que él , pero me falta voluntad...De momento está calro que no merezco ninguna medalla...
ResponderEliminarbesos
mwe siguen encantando, hechizando..
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