Si fuese mujer, al ver esta fotografía, sin duda exclamaría: ¡Como nos gusta sufrir!
Quizás la señora con las muletas solo sea una visión del subconsciente de cómo pueden terminar unos delicados tobillos femeninos, sobre unos zapatos de tacón de aguja caminando sobre una vieja calle adoquinada.
Street Photography photojournalist 71/100
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De siempre se ha dicho Jan que para ser guapo hay que sufrir, pero realmente cada vez que veo esos tacones, disfruto de mi fealdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo ni aunque fuera enano... andar con esos tacones en una calle de adoquines... ¡¡qué sufrimiento!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Según me han contado, las italianas están acostumbradas a andar así por las calles adoquinadas, será cuestión de aprender a sufrir.
ResponderEliminarBuena foto, bien vista y contextualizada.
Saludos.
Se agradecen los comentarios recíprocos.
Siempre dicen que "la moda no incomoda", pero a veces... hay hay hay, que no harían las mujeres por estar coquetas!!
ResponderEliminarBuena captura!!
Saludos.
La verdad es que las veo contonearse en esta foto. Nosotros no lo haríamos, pero en el fondo nos gusta ese movimiento de su cuerpo fruto de esa combinación adoquines-tacones. Saludos.
ResponderEliminarSi uno/a quiere presumir y estar guapo/a todo vale, si para ello hay que sufrir pues se sufre y al día siguientye los pies en agua y sal, muy bien vista está toma Jan, un fuerte abrazo para ti
ResponderEliminarES lo que tiene mezclar tacones y adoquines.
ResponderEliminarSAludos.
Esta foto contiene una ironía muy delicada, querido amigo. Pero hay que saber atraparla en el instante de hacerla, como has hecho.
ResponderEliminarYo no entiendo como se pueden subir a esos andamios cuando de lo que se trata es de caminar pero, en este caso pare que es por obligación, dado que yo creo que van de uniforme.
ResponderEliminarDe cualquier forma... cuanto nos gusta pasarlo mal.
Saludos
es cierto!...en nombre de la elegancia las mujeres hacemos cosas absurdas, como intentar caminar por el empedrado con delgados tacos aguja!...pero, en este caso, me parece que las chicas uniformadas trabajan para la misma empresa y dentro de la vestimenta obligatoria deben estar esos zapatos!...ni te digo lo que es llevar un calzado incómodo por ocho horas o mas!!!!
ResponderEliminarabrazos.
Desde luego la expresión en la cara de la joven sin gafas es todo un poema...
ResponderEliminar¡ay mis tobillos! ...
pero hacen un caminar tan elegante -cuando no es adoquinado el suelo, claro.
un abrazo
Mejor unas zapatillas de deporte, luego te las cambias en el trabajo...pero si fuera así no veriamos tu fotografía..seria otra, quizás en Nueva York.
ResponderEliminarMe impresiona la capacidad de las personas para aguantar cualquier tipo de dolor.
Un abrazo Jan.
¡Cuánto sabe el diablo… por viejo! Cuando unos todavía van, otros ya vuelven.
ResponderEliminarHola Jan, es el precio de las piernas largas y bien formadas. Todo un arte.
ResponderEliminarUna foto única y muy aparente junto con el texto.
Un abrazo
la vista al suelo para evitar contratiempos!
ResponderEliminarpero a la vista está que el peso que lleva la señora de las mulatas es ponderante en esta escena!