“No hay mejor espacio público que un parque para ver la vida pasar”.
Hablando con un amigo sobre los parques, compartimos diferentes ideas sobre los mismos. Son unos espacios necesarios para que la condición humana pueda refugiarse de tanto cemento y vidrio que pueblan nuestras ciudades. Un parque sigue siendo un oasis en medio de un desierto creado por la propia incapacidad del hombre de saber convivir con el entorno.
Las metrópolis han perdido esa esencia que tenían las urbes de antaño. La gente camina sin rumbo aparente en un peregrinar cada día mas errático y menos complaciente con quienes se comparte la rutina diaria.
Somos como los viajeros que cada amanecer se enfrentan con un paisaje diferente pero un entorno similar al que sin saber porque, ellos mismos han elegido para su propia existencia.
Cada día elaboramos una ruta ficticia donde cada paso debe de mantener la calma aparente de quien domina una situación, por absurda que esta se nos plantee. Incluso aparentamos controlar el desconcierto que nos causo lo novedoso que se cruza en nuestras vidas cuando ese detalle hace tambalear nuestra preciada libertad.
Y en ese momento de nuestra encrucijada, aparece un parque ante nosotros. Un banco nos invita a la lectura, la contemplación o simplemente a zanganear entre el desconcertante ambiente que nos acoge.
El parque siegue siendo el pulmón necesario que nos da la lucidez que a diario perdemos.
Las metrópolis han perdido esa esencia que tenían las urbes de antaño. La gente camina sin rumbo aparente en un peregrinar cada día mas errático y menos complaciente con quienes se comparte la rutina diaria.
Somos como los viajeros que cada amanecer se enfrentan con un paisaje diferente pero un entorno similar al que sin saber porque, ellos mismos han elegido para su propia existencia.
Cada día elaboramos una ruta ficticia donde cada paso debe de mantener la calma aparente de quien domina una situación, por absurda que esta se nos plantee. Incluso aparentamos controlar el desconcierto que nos causo lo novedoso que se cruza en nuestras vidas cuando ese detalle hace tambalear nuestra preciada libertad.
Y en ese momento de nuestra encrucijada, aparece un parque ante nosotros. Un banco nos invita a la lectura, la contemplación o simplemente a zanganear entre el desconcertante ambiente que nos acoge.
El parque siegue siendo el pulmón necesario que nos da la lucidez que a diario perdemos.
Esta imagen pertenece a la serie que empecé a publicar el sábado pasado con el titulo de “amaneceres personales”. Un proyecto más en espera de un editor.
“Amaneceres personales”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Un banco en un parque es casi todo lo que de verdad necesitamos.
ResponderEliminarmientras seamos capaces de seguir haciendo y conservando parques como éste no vamos mal del todo. yo me recuerdo dsd que tengo memoria yendo al parque del retiro a montar en bici y en la riñonera siempre un pequeño libro de bolsillo para en los descansos bajo un arbol amortizar el tiempo que no pedaleaba. bonita foto, la vi en grande.
ResponderEliminarComo bien dices, los parque son el descanso natural en un entorno artificial. A ese lugar necesario le otorgamos una relevancia cada vez mayor, valorándolo como un espacio natural. Me pregunto si estamos dejando a un lado la verdadera naturaleza, los espacios abiertos, con recursos limitados y sustituimos por lugares cerrados, cuidados, controlados, ....
ResponderEliminarBuena fotografía, me gustan esos dos caminos, dejas lugar a la elección
Un abrazo
Estoy muy de acuerdo contigo, Jan, en todo lo que dices.
ResponderEliminarDebería ser casi obligatorio perderse en un parque de vez en cuando, para encontrar algo de paz en nuestras vidas. Meditar sobre nuestra existencia y ver la vida pasar sin agobios.
Yo lo hago y la experiencia es de lo más gratificante.
La foto ampliada es preciosa. Ese otoño en el parque, le otorga una gran belleza no exenta de melancolía.
Un abrazo.
Te asombrarías, Jan, de ver que el inmenso Parque o arboleda que tiene Girona, "La Devesa", está tan poco transitado, en sus lindes, sí, pero poca gente se adentra...sigo sin entenderlo...
ResponderEliminarUn beso, Jan.. me gustan tus amaneceres... sea la hora que sea en que vengo a contemplarlos sentada en un banco.. contigo...
Gracias por tu visita que me ha permitido descubrirte, con tu permiso me instalo en una esquina..
ResponderEliminarSaludos..
Hola1 paso a agradecer tu visita y a conocer tu blog.
ResponderEliminarSobre el tema de tu entrada, se me ocurredecirque quizás las plazas puedan ser definidas como un lugar de encuentro con los demás, su escala más acotada, conserva cierto grado de intimidad que conlleva a encontrarse con "el otro". Los parques, en cambio, quizás sean más lugar de encuentro con nosotros mismos, a través de la propia Naturaleza. Un contacto especial con ella sin salir de la urbe y ese estado casi místico al que nos lleva su recorrido, nos facilita la introspección y el pensamiento profundo.
Muy sugerente tu foto...está preciosa.
un saludo, desde el sur.
Belo texto. E sobre a foto, decido seguir pelo caminho da esquerda, que é o lado do coração. Vejamos para onde me leva...
ResponderEliminarSaludos!
JR
Uma bela foto, todas as cores vestidas de gris para não espantarem a manhã.
ResponderEliminarSaludos
Los parques, siempre, me resultan algo familiar y acogedor, siempre un placer caminar en ellos, sentarse a contemplar el infinito. Buena foto.Un abrazo
ResponderEliminarPreciosa foto articulada por el eje de ese gran arbol que divide la escena en dos mitades, como en un juego de espejos. Había sin embargo algo inquietante en ese parque, algo acuciante e incómodo que no acababa de descubrir. Y es que no era una presencia; era una ausencia: la ausencia de bancos para sentarse. Una de dos: o por ser una hora muy temprana aún no los habían puesto, o se trataba exclusivamente de un parque para pederastas (pedestrians, rezan los carteles de los parques ingleses vaya usted a saber por qué)
ResponderEliminarcomo me gustan los dos caminos..no sabria cual elegir, aunque diesen al mismo sitio... si yo fuera editor eso estaba hecho..preciosa...un abrazo
ResponderEliminar¡Qué foto más bonita! Ese amanecer es inquietante. Contestando a FERNANDO PORTILLO, en los parques ingleses ponen "pedestrians only" porque son sólo para peatones, así evitando que vayan en motos o quads. En bici, sí se puede ir (creo). Besotes, M.
ResponderEliminarFantàstica foto, transmet calma i benestar. En arribar a aquest punt jo tindria un dilema, no sabria quin camí agafar...
ResponderEliminarMoltes gràcies pels teus comentaris en el meu bloc. M'alegro que t'hagin agradat les meves fotos.