Una vez más las cosas se me acumulan y debo recurrir al domingo como día para publicar la entrada correspondiente a la lectura que realizamos con Don Pedro Ojeda (Clic aquí)
A veces sin proponérselo la polémica se alimenta de múltiples versiones y el tiempo transcurrido, lejos de clarificar y poner las cosas en su sitio, las complica aún más.
Toda esta introducción suscita la imagen de hoy y el pensamiento que lo envuelve. En 1834, concretamente el 17 de agosto, Charles Darwin se sentó en la cumbre del cerro La Campana y escribió unas anotaciones en su cuaderno de bitácora.
“Pasamos el día en la cumbre de la montaña, y jamás me pareció tan corto el tiempo. Chile, limitado por los Andes y por el Océano Pacífico, se extiende a nuestros pies como un vasto plano”.
Posteriormente sus palabras fueron recogidas en su libro “Mi viaje alrededor del mundo”. En 1935, la sociedad científica de Valparaíso colocó una placa en la cumbre con estas palabras. Hoy en día, los visitantes que acceden a la cumbre después de varias horas de caminata se encuentran con la agradable sorpresa de saber que el mismísimo Darwin estuvo allí arriba, extasiado por la vista del Océano, de los Andes y de los valles centrales chilenos.
Un lugar tan emblemático como este debería de ser visitado constantemente por infinidad de naturalistas, ya que el entrono ha permanecido prácticamente inalterable, desde su visita en 1834, si exceptuamos una mina de cuarzo que se abrió en la cota de los 1265 metros de altura. Afortunadamente hoy en día, está cerrada. Lamentablemente unos amantes de los grafitis no se le ocurrieron más ideas que en lugar de contemplar el paisaje, dedicarse a escribir en las piedras que están cerca de la cumbre. Una iniciativa popular intento paliar en lo posible esta barbarie.
Infinidad de leyendas están centradas en este cerro. Os dejo un enlace donde se resumen algunas de las más significativas… Clic aquí
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Sobre los grafitis: tarados hay en todas partes, me cuesta entender que alguien camine por varias horas en contacto con la naturaleza, alcance una sublime vista del valle central y la cordillera de Los Andes únicamente para escribir "pepito estuvo aquí"
ResponderEliminarInmensa la profundidad de la foto con la montaña al fondo. Describe perfectamente esos llanos infinitos y esas montañas. Me hubiera gustado verla también en color.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso que se ve a la derecha son invernaderos ¿verdad?
ResponderEliminarLa verdad es que ya quedan pocos sitios en nuestro planeta que sean relativamente accesibles pero a la vez cuasi-vírgenes
Saludos desde España.
Don Darwin recorrió nuestra América y no se cansó de estudiar sus especies y alabar nuestros paisajes. La desidia de quienes hoy la habitan (me incluyo, obvio)suele ser destructora con lo que debería ser nuestro mayor tesoro a defender.
ResponderEliminarabrazos!