Hubo una vez un viajante tan dado a su profesión que fue capaz de estar tres días frente al negocio de su cliente, esperando a que este abriera, sin beber, ni comer y apenas dormir con el único propósito de felicitarle las navidades y desearle una buena entrada del año. La espera fue amenizada por un viejo diario que leía una y otra vez, pasando páginas.
Una vecina, de esas que siempre pasa por ahí le dijo...
.- Señor, hace ya tres días que le veo aquí. El señor relojero falleció hace unos días.
Este al escuchar la noticia, con un gesto Impertérrito le contestó…
.- Señora, sus palabras no hacen otra cosa que darme la razón cuando digo que todo lo malo, suele suceder antes de navidad.
Plegó su periódico, lo colocó bajo el brazo y mientras se alejaba calle abajo, cuentan algunos que se cruzaron con el que murmuraba…
.- Mal asunto. Con esta crisis, y encima pierdo un cliente por fuerza mayor. Mala suerte la mía.
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Buenos días Jan,
ResponderEliminarEste cuento navideño que nos dejas me resulta bastante inquietante. Quizás estas fechas siempre hayan sido un punto y aparte que nos invitan a ser optimistas y desear que se vendan muchos relojes de fantasía. No lo sé. De todos modos pienso que es mejor que todo lo malo suceda antes de la Navidad, aunque la crisis que se nos viene encima creo que no distingue ni de estaciones ni de fechas.
Así que invertir en relojes de fantasía creo que es una buena elección.
Felices Fiestas y muy buena entrada de año.
Me gusta cuando dejas volar la imaginación, son puertas abiertas para nuestra fantasía.
ResponderEliminarAcertado con el virado.
Un abrazo
Óbito y crisis, las desgracias nunca vienen solas.
ResponderEliminarDeseo de todo corazón, querido Jan, que estes pasando unas felices fiestas en compañia de los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, con mis mejores deseos para el proximo 2011.
(Estaré pendiente de esa entrada del dia 3).
Segur que era català!
ResponderEliminarEndavant amic! Tu almenys esculls el teu futur. El que ja és molt!
Excelente fotografía y palabras.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Hola Jan:
ResponderEliminarAquest viatjant tindria una paciencia de budista.
Seria de l´antiga escola.
Desitjo que el any vinent, et sigui propici.
Una abraçada, Montserrat
Ese B/N tan tuyo...
ResponderEliminarabrazos amigo
Menos mal que la Navidad ya pasó.
ResponderEliminarPués al paso que iba, si no se encontraba con la vecina, iba a a venderle su mercancía donde San Pedro y los ángeles.
ResponderEliminarRelojes y fantasías: tal vez fuera la tienda de Lewis Carroll. En tal caso el viajante tendría que haber cerrado primero el periódico y después los ojos para poder entrar.
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