El año pasado por estas fechas, descansé de las secciones fijas del blog. Este diciembre voy a repetir lo mismo, a pesar de que solo me queda como superviviente, los perros abandonados de los viernes. Los jueves, terminamos con la lectura del Quijote y las demás series, las convertí en aleatorias.
Así que estos viernes os iré presentando algunos animales con los cuales me cruzo en mis andares. Estarán englobados dentro de la etiqueta “Naturaleza”.
Se trata de uno de los tiburones más pequeños, el denominado “tiburón gato”. Sus ojos alargados tienen cierta similitud con los felinos. No suele pasar de los sesenta centímetros y según como se le confunde con el “pintarrojo”. Una especie similar, pero algo más pequeño.
Independiente del tamaño, tener en las manos de una especia tan mitificada, es algo difícil de explicar. La única diferencia entre uno pequeño y uno grande es simplemente el tamaño. A pesar del mismo, mirarlo fijamente es un acto que requiere por un lado curiosidad, innata en uno, y después una buena dosis de temeridad.
Impone, os lo puedo asegurar.
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Este gato es hermoso.
ResponderEliminarEs tremendo, me fascinan. Me imagino que será una especie de atracción por el miedo. Y que digan lo que quieran, pero ni de tamaño lagartija me acercaría a uno.
ResponderEliminarUn abrazo miedoso
...interesante tu blog, igual que "el rincon en calma".
ResponderEliminarCon tu permiso iré siguiendo tu trabajo.
Saludos.
Tener un bicho de esos en las manos?... como que no. Ya de por si la foto impresiona lo bastante como para disuadirme de ello.
ResponderEliminarUn saludo.
No tiene cara de buenos amigos.
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