Dos amigas hablan de sus cosas. Como debe de ser. Delante un perro hambriento tiene un trozo de carne para comer. Como debe de ser. A veces la normalidad solo dura el espacio de tiempo que transcurre entre encontrar un poco de comida y zampársela antes que otro más fuerte que uno venga y te la quite.
Este perro abandonado, disfrutó del momento preciso. Minutos más tarde, ellas se levantaron y continuaron su peregrinar de sonrisas y buenos propósitos. El perro, se quedó en el mismo lugar. Lo estuve observando un buen rato. Pero al final lo llamé normal. Simplemente por que su actitud era de una normalidad aplastante a pesar de su soledad manifiesta.
“Dogs of the world”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
Bellísima escena cotidiana. Me llevaría al can a casa sin dudarlo y le prepararía un buen chuletón de buey...
ResponderEliminar:)
Pobre normal...aveces la normalidad es un porco extraña no crees. en este caso olía a podredumbre...perruna. Un saludo!
ResponderEliminarY tu sacando fotos.. COMO DEBE SER!!
ResponderEliminarAbrazo
Muy normal.
ResponderEliminarLo excepcional es captar de ese modo el momento, y abrazarlo de un bello texto.
Un abrazo
Gizz
Este primer plano es una pasada. Estás logrando todo un gran book de este tema. Felicidades.
ResponderEliminarSaludos
Conviene sentirse normal ante los detalles de la vida. No confundir con grises rutinas...
ResponderEliminarcon tanto perro, tienes que tener un buen arsenal de adjetivos, ;-)
ResponderEliminarY tú como es normal inmortalizando instantes ;)
ResponderEliminarPues Normal debió de pasar un buen reato con ese trozo de carne. Buena toma, Jan!
ResponderEliminarTú si que no eres normal, tanto arte junto.
ResponderEliminarSaludos
pues hombre yo no veo incompatibles la "soledad" y la "normalidad" otra como es como se llegue a la primera pero este es asunto rocambolesco. la foto como siempre muy bien.
ResponderEliminarCon dos días de retraso, pero aquí estoy alegre de ver que un perro callejero (calificativo de lo más cariñoso) se lleva un poco de comida a las fauces. Eso debería ser lo normal, que los perros no pasen hambre, frío, calor, ni abandono.
ResponderEliminarUn abrazo, Jan.
Voy pensando que la normalidad no es más que un cuento...
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