Muchos de los perros que suelo encontrarme, tienen una mirada entre perdida y recelosa por todo lo que les está aconteciendo en sus vidas. Quizás, la percepción de las cosas no sea la misma que nosotros. Tal vez, su instinto simplemente les estimule algunos genes haciéndolos reaccionar con gestos fácilmente identificables a poco que nos fijemos en ellos.
Los que observamos tenemos el dudoso privilegio de ver las cosas después de haberlas analizado desde nuestra propia perspectiva. No siempre tenemos la razón. No siempre la queremos tener.
El perro de la fotografía me dio la impresión de ser muy receloso. Motivos, seguro que los tiene para ello. Por eso, decidí llamarlo “recelo”.
Con un clic sobre la imagen las veréis más grandes.
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Texto y fotografías con copyride del autor.
hoy he visto un mastín abandonado. Su mirada era recelosa y triste. Además también parecía hambriento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pobre animal, además de recelosa tiene la mirada muy triste, que animaladas el abandonar a estos bello animales, una verdadera lástima, un abrazo amigo Jan
ResponderEliminarCoincido en que, sobre todo, tiene una mirada triste.
ResponderEliminarSeguro que tiene muchos motivos para ser receloso, el pobre.
Un abrazo, Jan.
Él tiene razón.
ResponderEliminar¡qué me gusta su carita!... parece que lleva un tricornio puesto ¿no te parece?
ResponderEliminarabrazo querido Jan