La primera vez que leí Ana Karenina debía de tener recién cumplidos los dieciséis años. Recuerdo perfectamente donde lo compré. En la calle Diputación justo donde muere Enrique Granados, detrás de la Universidad de Barcelona. En unas casetas donde los libreros de antes, acumulaban libros y más libros en espera de los devoradores de los mismos, entre los cuales, -puedo presumir- que me incluía desde esa temprana edad. El caso es que por poco más de mil pesetas de las antiguas, me llevé un gran tomo que me cautivó desde el mismo inicio del libro cuando Tolstoi escribe… “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz, tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”.
Un razonamiento cuya obviedad parece fuera de toda. Pero a mí me sirvió para adentrarme en la literatura Rusa por la puerta grande de la mano de León Tolstoi.
Hace un par de días, me encontraba en el tren y me fijé en una persona que leía un grueso volumen. Cuando pude, fije mí vista en la portada del mismo. Me maravillé al tiempo que me venía a la memoria la frase con la que se iniciaba la obra. Además, fue grato pensar que hay personas que no llevan audífonos puestos y simplemente se refugian en la lectura de un buen libro mientras el tren sigue su serpenteante recorrido.
Quien le iba a decir al bueno de Tolstoi, que casi ciento treinta y tres años después, su libro estaría traducido a muchos idiomas, entre ellos el español y además, una mujer lo estaría leyendo sentada cómodamente en un tren de cercanías, ni más ni menos que en Chile.
Paradojas de esta vida. Simple.
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Qué cercana se ve la gente desde tu objetivo...y como nos sorprendemos a veces por un simple detalle que nos presenta a nuestro pasado como si fuera ayer...
ResponderEliminarBesos Jan.
Tenemos la suerte que las buenas obras se puden encontrar en cualquier sitio, tienes un buen ojo paa captar las cosas cotidianas que para la mayoría nos pasan desapercibidas, un buen retrato Jan, recibe un abrazo
ResponderEliminarEsta foto es soberbia, Jan.
ResponderEliminarMagnífica captura y preciosa en ByN.
ResponderEliminarSaludos.
Que buena !!!!
ResponderEliminarel viaje era muy largo ? Te has fijado donde tiene la marca de lectura y la de páginas que lleva leídas ?
Un saludo Jan
Jan, debes tener un muy buen zoom, porque la gente por estos lados no es tan quieta si ve que la están fotografiando...
ResponderEliminarBuenísima fotografía y buenísima lectura!
Abrazos.
Me encanta esta foto Jan, es emocionante, la mujer leyendo absorta en la historia de Ana Karenina y tú captando el instante para hechizarnos a todos.
ResponderEliminarBesos.
Jan, es un libro que me acompaña...me gusta su sensibilidad para tratar cada sentimiento de cada personaje...
ResponderEliminarBonita fotografía.
Tolstoi está saltando en una pata de contento allá en la nube en que se encuentra con tu foto estupenda foto, tu relato y la lectura de esa mujer.
ResponderEliminarSuerte que vas con la cámara encima. Me gusta la foto, el b&n le queda muy bien.
ResponderEliminarSaludos.
Curiosa paradoja porque, como sabes, el tren juega un importante papel en "Ana Karenina".
ResponderEliminarUna gran fotografía, Jan que demuestra gráficamente tus argumentos.
Un abrazo.
muy buena esta entrada. texto y fotografia que se me antoja llena de dificultades. ¿no se te aceleró el pulso?
ResponderEliminarConfieso que no he leido nada de literatura rusa, siempre me ha parecido como muy pesada, densa, lenta. además hace bastante que tengo dejadas de lado las novelas y me he centrado mas en historia, politica y biografias que siempre me gustaron mucho.
para un Cercanías se me antoja mucho libro pero se la ve encantada, ausente...admiro mucho la capacidad de concentración, algo de lo que carezco por completo.
un abrazo
Estupenda fotografía...mi más sincera enhorabuena!!!
ResponderEliminarSaludos!!! ;)
Qué foto tan bien hecha... se oye el pequeño traqueteo si te concentras mirándola :)
ResponderEliminardos abrazos
Me gustó la foto y disfruté el relato.
ResponderEliminarUn saludo desde el otro lado de la cordillera.
Antón.