.-Usted vende zapatos usados, verdad?
.-Aquí tiene usted una buena muestra. Que numero calza?
.-Un cuarenta y dos. A veces medio numero mas.
.-A ver, a ver que tenemos por aquí. Un nueve y medio americano le sentará como un guante.
Me hizo sentar en un taburete que imitaba a la madera y me ofreció probarme un par de botas de la marca “caterpillar”.
.-Son ideales para trabajar en la construcción.
.-Bueno, yo las quiero para ir por el campo.
.-Mejor que mejor. Le irán geniales!
Me calcé la del pie derecho. Me quedaba muy bien. Le pedí la izquierda y también encajo perfectamente. En algún lugar había leído que todos tenemos los dos pies diferentes. Si es así, el fabricante de esas botas ya tuvo en cuenta que yo las acabaría comprando.
.-Hablemos de negocio, jefe. Que valen?
.-Veo que las va a comprar. Verdad?
.-Podemos hacer cambio por mis deportivas?
No estaba mi economía como para hacer grandes inversiones. Pero se acercaba el invierno y necesitaba desplazarme al sur con un buen calzado. Así que si debía de desprenderme de mis deportivas, el cambio seria beneficioso para mi causa.
.-Amigo, sus deportivas valen mas de lo que valen mis botas usadas. Además están en un estado muy bueno.
Al decirme esto, recordé a mi Madre cuando me decía que cuidara siempre mis zapatos, ya que ellos me ayudarían a recorrer mis sueños.
.-Usted las podrá vender bien de precio verdad?
.-No las vendería. Me las quedaría yo. Calzamos el mismo número. Que le parece si hacemos el cambio y además le ofrezco estas otras deportivas como complemento.
Le estreché la mano. Y Salí con otras zapatillas mas discretas. Un excelente par de botas. Unas fotos y una historia que aquí os comento. Además me contó la historia del antiguo propietario de las botas. Que mas se puede pedir? Ah, me olvidaba. Las botas, aun las tengo. Las deportivas usadas, me duraron casi un año.
.-Aquí tiene usted una buena muestra. Que numero calza?
.-Un cuarenta y dos. A veces medio numero mas.
.-A ver, a ver que tenemos por aquí. Un nueve y medio americano le sentará como un guante.
Me hizo sentar en un taburete que imitaba a la madera y me ofreció probarme un par de botas de la marca “caterpillar”.
.-Son ideales para trabajar en la construcción.
.-Bueno, yo las quiero para ir por el campo.
.-Mejor que mejor. Le irán geniales!
Me calcé la del pie derecho. Me quedaba muy bien. Le pedí la izquierda y también encajo perfectamente. En algún lugar había leído que todos tenemos los dos pies diferentes. Si es así, el fabricante de esas botas ya tuvo en cuenta que yo las acabaría comprando.
.-Hablemos de negocio, jefe. Que valen?
.-Veo que las va a comprar. Verdad?
.-Podemos hacer cambio por mis deportivas?
No estaba mi economía como para hacer grandes inversiones. Pero se acercaba el invierno y necesitaba desplazarme al sur con un buen calzado. Así que si debía de desprenderme de mis deportivas, el cambio seria beneficioso para mi causa.
.-Amigo, sus deportivas valen mas de lo que valen mis botas usadas. Además están en un estado muy bueno.
Al decirme esto, recordé a mi Madre cuando me decía que cuidara siempre mis zapatos, ya que ellos me ayudarían a recorrer mis sueños.
.-Usted las podrá vender bien de precio verdad?
.-No las vendería. Me las quedaría yo. Calzamos el mismo número. Que le parece si hacemos el cambio y además le ofrezco estas otras deportivas como complemento.
Le estreché la mano. Y Salí con otras zapatillas mas discretas. Un excelente par de botas. Unas fotos y una historia que aquí os comento. Además me contó la historia del antiguo propietario de las botas. Que mas se puede pedir? Ah, me olvidaba. Las botas, aun las tengo. Las deportivas usadas, me duraron casi un año.
"Pensamientos apáticos"
La foto no me puede gustar más. Ha captado mi atención y me ha mantenido un ratito observando.
ResponderEliminarEs curioso, pero he pensado cuantas historias se esconderían detrás de ese calzado, quién habría sido su propietario, cómo habrían llegado hasta ahí...
Interesante la historia que cuentas, no sé bien porqué pero me daría un poco de reparo utilizar calzado usado, además los pies de cada uno moldean los zapatos y no se ajustan bien a los propios ¿no? Veo que a ti no solo no te ha pasado sino que has disfrutado con el cambio.
Enhorabuena.
un beso
Yo calzo 36, ¿te parece que habría algo adecuado para mi en esa zapatería?
ResponderEliminarLa foto es estupenda.
Abrazos,
Preciosa foto... en breve, ya te avisaré, te dedicaré una foto en mi blog... Me gusta la historia...es verídica?
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte, "escucharte"
Pd; sería mucho pedir que retires el verificador de palabras?? Es un poco infierno!!!
Fabrisa...
ResponderEliminarGracias por tu visita. Y como no por tu aportación.
El tema del reparo es algo que siempre es sugestivo y depende las circunstancias en las que te encuentras. Millones de personas, siguen dependiendo de la caridad de los demás para pasar unas navidades dignas según los cánones establecidos por los países del primer mundo. Esperan esos días para tener algunas cosas mas en su poder. Algunas necesarias como la sonrisa de un niño, solo se consiguen con unos juguetes usados o unas zapatillas deportivas usadas por quien sabe quien.
Es solo un ejemplo. Nada mas que eso.
En el tema de los zapatos, alguien me enseño un truco que consistía en buscar a una lavandería que utilizasen el vapor para limpiar, tipo cortinas. Y así lo hice. Limpie los zapatos por dentro. Cambie las plantillas usadas por unas de nuevas. Y seguí andando.
Unos zapatos son siempre sinónimo de camino. Y los caminos que hay por delante me atraen.
Un fuerte abrazo.
Apreciada Catalina…
ResponderEliminarEl señor en cuestión tenía una sección femenina en su tienda. Seguramente cubría bien la numeración. Eso si, no había dos pares iguales. La tienda de los modelos únicos.
Me fije en algunos de los modelos que se veían mas sólidos y en sus etiquetas pude descubrir que algunos se habían fabricado en Rusia. India. Pakistán (las deportivas que me lleve) y Argentina. Curiosamente, las botas se fabricaron en Estados Unidos.
Un abrazo
Vive Malabar...
ResponderEliminarVerídica. Si señora. Es parte de mi autobiografía viajera. Y de ello no hace mucho.
En ocasiones, mezclo la realidad con la ficción. Pero en este caso, reproduzco mi cuaderno de notas.
Voy a hacerte caso. Retirare el verificador.
Un abrazo.
Y gracias por la idea de dedicarme una fotografía. Con solo la intención, ya me siento contento.
que razón tenía tu mamá
ResponderEliminarcada zapato según como se gaste su história y su verdad cuenta
y por este lado del mapa la venta de zapatos usados es muy muy común en los sectores carenciados y marginales
un abrazo de paz
me encantan estas fotos denuncia
hablan con voz fuerte y clara
y a nadie deja indiferente
muakismuakis
Gracias por tus palabras Elisa…
ResponderEliminarEn cada suela hay los rastros de lo andado.
Debería de haber un registro de pasos dados. Seria increíble su consulta.
Un fuerte abrazo
Muy bonita la hitoria, Jan. Y aún más hermoso que no se usara el dinero para nada. Ojalá por aquí el apretón de manos tuviera el mismo valor que las monedas que valían esas botas. Saludos.
ResponderEliminarque hermosura de fotoooooo!!!!
ResponderEliminary viste??? los tesoros se encuentran en los lugares menos pensados, tal vez, en esas botas usadas...
besos
Los trueques como moneda me encantan. Siempre hay algo que podamos cambiar por cualquier objeto que nos sirva. La vida útil de nuestras pertenencias tiene caducidad.
ResponderEliminarUn abrazo Miguel.
Gracias… Enredada.
ResponderEliminarMe encanta que te guste la imagen y que tus palabras se escuchen en este espacio.
Un tesoro siempre lo es. Incluso dentro de esas viejas botas.
Un fuerte abrazo.
Tremenda la fotografía
ResponderEliminarlo que cuentas,gajos de vida!
Yo cuidé un viejo republicano
en Francia que guardaba las botas
de jose antonio primo,historias rotas
por el tiempo,rescatadas por el reconocimiento
que nos inspiran ciertos trances
y hoy,tú me lo traes....
♥♥♥besos♥♥♥
Gracias a ti Mia, por compartir esos recuerdos aquí.
ResponderEliminarTodo aquello que guardamos en nuestro interior, suele salir el día menos pensado.
Un abrazo
Hola Jan:
ResponderEliminar!Cuánto tendríamos que aprender los que podemos ponernos zapatos de primer uso!...
La fotogragía, fantástica, habla por sí sola.
Fantásticos también los comentarios.
Mi madre no me dejaba usar los zapatos usados de mis amigas...
Un abrazo
Esta historia tiene "mucho" en su interior, eh? :-)
ResponderEliminarEl vendedor de zapatos es un tipo honrado... otro no hubiese dicho nada y se habría beneficiado enormemente con el cambio, él añadió las otras zapatillas... ¡cómo me gusta leer algo positivo! :-)
Las fotos en blanco y negro tienen un encanto especial!!
M'ha agradat molt el teu blog també.
ResponderEliminarCaptes molt be la nostra societat amb
les seves desigualtats, amb el teu permis t'agregue als meus blogs per a seguirte.
Adeu.
Estic tenint problemes amb internet i no hem deixa afegir-te als meus blogs, estic amb el modem usb fins al divendres i no va gens be.
ResponderEliminarDema ho intentare un altra vegada, perdona.
Xarrem, adeu.
Buena foto y curiosa historia. La verdad es que cuando compras algo de segunda mano y te pones a pensar en las vivencias que el objeto en cuestion habra tenido con sus antiguos propietarios, te puedes pegar un buen rato de curiosas imaginaciones.
ResponderEliminarUn Saludo
Manu
...foto e historia...¡estupendas!...las botas ya no las tuviste que poner blanditas y eso es una ventaja de todas todas...hiciste un buen negocio con un comerciante honrado...un abrazo...
ResponderEliminarEspléndido relato. Una conversación cargada de entusiasmo y de pasión por la vida. Nunca olvides que el mundo es esto que creamos entre todos.
ResponderEliminarUn saludo
Apreciada Dolores…
ResponderEliminarCuando naces en países de “primer nivel”, nunca se tiene la próxima realidad de los desfavorecidos.
La vida en si es un misterio. El porque unos viven en un exceso de todo y otros malviven con hambre es un enigma que por mas que me esfuerzo no puedo encontrar una respuesta que me satisfaga.
Cuando viajas y el tiempo no es importante, te encuentras con la realidad (a veces oculta) de todo aquello que visitas. Y detrás de una anécdota simpática suele haber una realidad compleja.
Un fuerte abrazo
Assumpta…
ResponderEliminarUn tipo honrado, simpático y con una tradición familiar vendiendo zapatos. Su abuelo, ya los compraba a la armada cuando estos dejaban de tener una vida útil. Y los revendía en mercadillos. Su padre, empezó a comprar zapatos a domicilio. Visitaba las casas de las zonas mas favorecidas y preguntaba si tenían zapatos que ya no usaban. La mayoría de las veces, se los regalaban. Y el, sigue haciendo lo mismo. Curioso, no?
Un fuerte abrazo
Gracies Abe... per les teva vista les paraules i les bones intencions.
ResponderEliminarTranquil, a vegades això sol passar. Seguirem estan en contacte. Clar.
Una abraçada.
Apreciado Manu…
ResponderEliminarUnos meses después, volvía a pasar a saludarlo. Llevaba las botas puestas y serví de ejemplo de cliente satisfecho ante un incrédulo comprador que no sabia que hacer ante un buen par de zapatos de vestir. El “nuevo”, termino comprándolos. Yo me lleve una nueva experiencia y un café. A parte de la anécdota.
Un abrazo
Mimundo…
ResponderEliminarLas botan nuevas cuestan de “domesticar”. Fue una ventaja. Pero estaban realmente muy bien. La suela no tenia desgaste de ningún tipo.
Un abrazo
Gracias Carmen…
ResponderEliminarNo lo olvido. Lo tengo siempre presente. La vida es así, al menos es lo único que espero de ella.
Un fuerte abrazo
:) una sonrisa, eso me provoca tu relato, una de esas de cuando algo llega...
ResponderEliminarQué historia más buena. Me ha encantado como surge esa relación entre fotógrafo y lo que se fotografía.
ResponderEliminarUn saludo
Jan...al ver esa forografía en B/N, me llevó de inmediato al mayor impacto causado en mi en este último viaje que hice...Tan cierto es que mi último post lo dediqué a ello.."Calzados por la orilla del Danubio..." Llégate cuando puedas!
ResponderEliminar¡Las historias que pudieran contar unos zapatos usados..! También me vienen en mente los cuadros de van Gogh.
¡Excelente toma y post, me gustó mucho!
Abrazos,
Ilona
Que bonita imagen, me parece estar ante una exposición de calzados, oye los calcetines van en el precio??.
ResponderEliminarBESINES
En mi búsqueda de fotos o imágenes de zapatos, encontré la de tu blog.
ResponderEliminarQué bonita foto y como buena que es, qué de cosas evoca.
Antes de que me diera cuenta de que pertenecía a tu blog personal, la iba a bajar a mi computadora, después me arrepentí. En buenahora esto me llevó a conocer parte de tu sentir y pensar.
Qué lindo escrito. Me encantó.
Muchos Saludos!!! YAZMIN
PD: La contemplaré desde tu blog en lugar de tenerla en mi hi5.