A modo de prologo:
La mayoría de las veces, cuando me convierto en un observador de lo cotidiano, descubro cientos de rincones que pasan desapercibidos para la mayoría de la gente. Son monumentos urbanos al surrealismo. Detalles visuales que perduran por el azar de unas circunstancias favorables, antes que venga el clásico censor de lo equilibradamente hermoso y de un brochazo o con la sutileza del espray lo envilezca defendiendo su arte. Otros, simplemente especuladores de lo material, apoyados por una pala retroexcavadora, lo borran sin inmutarse por el acto cometido.
Algunas de estas obras de arte visuales, son tan efímeras que solo duran unos instantes. Otras, perduran esperando ser reconocidas, buscando una amnistía general para no terminar siendo parte del recuerdo de un nostálgico como quien suscribe esta entrada.
Además, estos pequeños regalos que nos ofrece lo cotidiano, al no estar firmados por ningún gran maestro reconocido del surrealismo, solo tienen el valor testimonial de quien como yo, lo observa con otros ojos. No obstante, si cualquier gran maestro firmase esta obra que no es suya, sino producto del azar, todos le reconoceríamos su gran creatividad. Su momento “dulce”.
Siempre he defendido la calle como medio de evolución necesaria para encontrar una línea de trabajo grafico afín con nuestra necesidad más insospechada. Caminar, observar los detalles y dejarse llevar por lo que nuestras retinas reclaman, es un ejercicio tan didáctico como lo puede ser un buen libro, una clase de arte en la “Escola Masana” o la visita a un museo.
Nuestra capacidad de asombro, de la que tanto he hablado en otras ocasiones sigue siendo la espoleta imprescindible para el despertar de nuestra creatividad. La calle está viva y evoluciona a diario para nuestro deleite. Solo hemos de salir, enfrentar nuestro miedo al ridículo. Encarar esas miradas de incomprensión cuando nos plantamos delante de algo que nos atrae poderosamente, hincamos la rodilla en tierra y dejamos que la cámara inmortalice nuestro descubrimiento visual. Los demás, absortos en nuestro acto no comprenden nuestra necesidad. Pero… que mas da lo que los demás piensen.
Afortunadamente aun hay rincones, donde se mantiene intacto… el equilibrio visual.
Un clic sobre la imagen para verla a pantalla completa
“Surrealismo urbano”
Copyright © By Jan Puerta 2010
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Muy cierto, estas obras de arte que nos traes no existirían si no se encontrasen con tus ojos, que son los que las convierten en arte.
ResponderEliminarSaludos.
¡Realmente surrealsita!
ResponderEliminarSí que es surrealista, Jan.
ResponderEliminar"Prohibido estacionar sobre la losa", entiendo.
¡Qué cosas!
Un abrazo.
Muchos hubieran pasado de esta foto, pero es original , curiosa y reaalmente surrealista
ResponderEliminarCuriosa fotografía. Sólo un ojo atento es capaz de captar estos detalles.
ResponderEliminarUn abrazo
Si esta foto estuviera firmada por Andy Warhol, seria célebre en todo el mundo aunque para mí el hecho que la firmes tú, es igualmente importante, y bonita. Abrazos!
ResponderEliminarEn ocasiones es necesario que alguien muestre el camino a recorrer y al caminar por él entendemos la razón de su trazado.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios e imágenes.
Cuantas cosas se pierden en la ciudad sin que nadie se de cuenta. La ciudad en si es surrealista si uno la mira bien.
ResponderEliminarLo bueno del arte es que hay personas como vos que logran mostrarle a otras personas como yo, eso que se nos escapa.
Prohibido prohibir, sobre la losa, sobre la tierra, sobre el techo hecho de aire, no estacionar, a moverse siempre, a empujar, a tirar hacia adelante.
Un saludo.
HologramaBlanco
Hola Jan:
ResponderEliminarLo que más admiro es que captas cosas que por muchos nos pasarían desapercibidas.
Tus fotografías son de lo más original.
Recibe mi soliraridad con Chile.
Montserrat Ll.
rincones que a su vez nos descubres tú a nosotros. Y es un placer que los compartas, son de verdad asombrosos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Comparto lo que dices, respecto a la gran riqueza que guardan las calles de las ciudades, sus paredes, gentes, parques, calles...gracias a personas con lentes como tú, nos enseñan esos lugares que quizás nosotros no percibimos.
ResponderEliminarEs una foto hermosa.
La propia prohibición sobre sí misma.
Un abrazo muy sereno para ti,
Naia
Gracias por fijarte en lo que los demás no vemos. Hay tanto arte escondido... Una foto más que genial. Besitos!!!
ResponderEliminarDepende de lo atento que este uno a su entorno...te fijaste tu...un abrazo.
ResponderEliminarTantas vidas por la calle dictan extraños efectos, pero están disfrazados de ínfimos detalles.
ResponderEliminarPues sí que es raro sí..
ResponderEliminarMás surrealismo para esta certera imagen: yo había leído "Sobre la cosa"
ResponderEliminarQue gran labor realizas para darnos a conocer obras que, de lo contrario pasarían desapercibidas. Arte en la calle.
ResponderEliminarGracias por tu labor.
Un fuerte abrazo
A Salto De Mata
La mirada compone el juego y desvela loabsurdo de nuestra calle.
ResponderEliminarDicen los físicos que hay mundos de hasta nueve dimensiones que solo las matemáticas comprenden. Pero hay un mundo de dos dimensiones que convive con el nuestro, una especie de memoria de las cosas: la huella de lo que existió, sean unas escaleras o un amor cualquiera lo que deja su marca en nuestro tridimensional.
ResponderEliminarUn abrazo, Jan.
¡qué buena!
ResponderEliminarNo todo el mundo tenemos esa virtud de poder tener una visión más allá de lo que se ve.Realmente una imagen fantástica.Saludos! :)
ResponderEliminar