Terremoto de Chile 2010… II Parte
En situaciones como estas, que son excepcionales por su naturaleza, uno nunca sabe qué hacer y mucho menos que decir después de lo sucedido. Personalmente, la experiencia que he vivido, no sé muy bien cómo explicarla. Uno, cuando ve que un rio crece, o un fuego avanza descontrolado entre un pinar, tiene una ligera noción de lo que no tiene que hacer y lo más importante, es consciente de lo que está pasando. Sabe que no debe acercarse al lecho de río. Sabe que dirigiéndose hacia dónde viene el viento, tiene muchas opciones de salvar la vida. Un terremoto es un fenómeno totalmente distinto. No sabes si moverte, si quedarte quieto, si correr calle abajo o conservar la calma japonesa y situarte –como hice- bajo el umbral de una puerta. Cualquier opción puede ser tan buena como mala. Pero el pánico se apodera de casi todos. Pero el temor, no solo dura esos sesenta segundos angustiosos que uno vive, sino que los próximos días, se respira un miedo latente por una posible replica que todo el mundo espera resignado. Uno ha sido derrotado por la naturaleza sin comerlo ni beberlo y seguramente habiendo tenido un comportamiento más que digno ante nuestro propio entorno.
Cuando todo tiembla, todo parece ser parte de ese apocalipsis que tanto nos han inculcado de pequeño o que tantas veces hemos visto en películas. Aunque aquí, la realidad supera cualquier ficción posible. Cuando una persona llora delante de una cámara, desesperada por la pérdida de sus seres queridos, o de todo su patrimonio, es real. No hay ficción ni en las lágrimas ni efectos especiales en las imágenes.
He vivido otros temblores, pero nunca un terremoto y menos de esta magnitud. Yo destacaría dos momentos del seísmo. El primero es cuando todo empieza a temblar y un ruido ensordecedor que no se bien como definir, se apodera de la silenciosa noche. Son unos momentos donde estas en el filo de la supervivencia.
El segundo, es cuando el temblor mantiene su intensidad. Como si circuláramos a la misma velocidad durante ese tiempo. Una especie de centrifugado en una lavadora.
En ese instante ves que todo lo de tu alrededor, se mueve. Se cae todo lo que está en la estantería. Los muebles, se desplazan como si dos forzudos invisibles estuviesen de mudanza. Todo está en movimiento y uno no puede mantener el equilibrio.
Después vienen los análisis de las consecuencias. Los rezos de los creyentes y los rostros llenos de temor por tanto sufrimiento inmerecido. La noche se vuelve lamento. Los abrazos son desconsolados y en la garganta hay un nudo que apenas deja articular palabras. Las lagrimas se vuelven fáciles, pero indomables. El alma, se queja de dolor.
En los próximos meses, quizás años hablaré con muchas personas que como yo, han sufrido este terremoto. Hablaré con personas que padecieron el devastador seísmo de 1960. Lo haré con otras que vivieron el de 1965. Los que lo padecieron en 1971. También quienes sufrieron el de 1985. Hablaré con ellos. Sin prisas. Ya me conocéis.
Necesito hacerlo.
No puedo publicar alguna imagen, que desearía no tener. La red y las noticias nos han llenado de ellas. Demasiado dolor y desesperación. Demasiadas victimas. Demasiados periodistas haciendo su trabajo. Excesivas opiniones.
La imagen de hoy pertenece al sábado día 27, seis horas después del terremoto. Un hombre camina entre algunos cascotes. Lo hace como ausente. Absorto en sus pensamientos. Se pregunta por qué tanto castigo. Ha vivido demasiados terremotos. Pero sin perder la esperanza, cuando le pregunto…
.- Y ahora, ¿Qué?
me responde sin titubear…
.- Habrá que seguir. No hay más.
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“Anécdotas”
Copyright © By Jan Puerta 2008
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Mi querido Jan, leo tus noticias con gran tristeza y dolor. Creo que las palabras no sirven...pero ahorano tengo nada más. Con ellas te ofrezco mi compañía, mi amistad, mi cariño y todo mi consuelo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y, por favor, cuidate.
Jamás he experimentado un terremoto y, toco madera, espero no hacerlo. Debe de ser TERRIBLE. Tu lo has descrito muy bien ¡qué angustia y qué desgracia para tanta gente! Lo importante es que tu estés bien, querido Jan. Muchos besotes y abrazotes, M.
ResponderEliminarBON DIA JAN:
ResponderEliminarSon las 7,45 de la mañana aquí en Valencia(España).
Mientras te escribo, estoy mirando pòr la ventana.Aquí todo está en calma.
Elevo al Cielo mis pensamientos y mis energias llenas de cariño y soliraridad, hacia a ti y a estos hermanos chilenos.
Y como bien dices Jan hay que seguir, como se pueda pero hay que seguir.
Una abraçada d´aquesta catalana que viu a Valencia.Montserrat
Conozco la sensación de la que nos hablas; sé lo que es coger a mis niños y salir corriendo no sabes dónde, y pasar noches durmiendo en la calle por miedo a que la muerte viniera a buscarnos mientras dormíamos. Es un miedo que vive contigo el resto de tu vida.
ResponderEliminarEspero que Chile se le vante y siga adelante, con fuerza y esperanza. "No hay nada más"
Un abrazo fuerte a Chile.
Más allá del terremoto físico lo que ahora sobrecoge es ese otro terremoto que parece haber desbaratado las conciencias cuando vemos el caos y el vandalismo adueñarse en pocas horas de ciudades enteras. No solo vivimos sobre placas tectónicas en movimiento. También el suelo civilizado es apenas una capa insignificante que se quiebra al primer temblor. Gracias, Jan, por sacar ánimos para seguir escribiendo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar"Habrá que seguir. No hay más".
ResponderEliminarEn esa respuesta, sabia respuesta, por cierto, se puede ver mucho más de lo que dice.
Me alegro que estés sano y salvo, querido amigo.
Te mando un abrazo muy grande.
Habrá que seguir!!!!
ResponderEliminarLo resumes en una frase. Impresionante el relato, Jan, realmente no alcanzamos a entender lo que significa, sin vivirlo, por muchas imágenes de desgracias que saturen nuestros sentidos. Te ha marcado, no podía ser menos, espero que lo superes poco a poco a pesar del dolor que tienes a tu alrededor, a pesar del caos en que se ha sumado gran parte del país, a pesar de lo implacable de la naturaleza. Hay que seguir, amigo Jan.
Un fuerte abrazo y mi más sincera solidaridad
Siempre, siempre hay que seguir, es necesario para mantenernos en pié aunque muchas veces nos cueste mantener ese equilibrio, paradojicamente la tierra parece que hace lo mismo...
ResponderEliminarSi para nosotros resulta tremendo ver las imagenes que nos llegan, no quiero ni pensar el tremendo dolor y desesperacion que sufren muchos chilenos, siempre digo, que ante casos asi, a uno se le agotan las palabras...
Adelante, la vida nos obliga a mirar hacia delante, hagamoslo pues aunque ello nos cueste dolor.
De nuevo, te envio otro fuerte abrazo y una pequeña sonrisa :)
Difícil ponerse en vuestro lugar. En el de los que tendréis que masticarlo día a día e intentar digerirlo con los ardores y dolores de cada uno.
ResponderEliminarPara los que estamos aquí, que nos alimentan con comida rápida los noticiarios, será casi de obligado seguimiento tus escritos. Tus fotos, que todos esperamos vayan cicatrizando tus heridas y las de con quien te encuentres.
Aún así, las imágenes y testimonios también nos hacen un nudo en la garganta, también vemos en cada persona a algún vecino nuestro.
Ojalá pudiera mandarte fuerza para que repartieras.
Éso y un fuerte abrazo.
Sin duda, sabias palabras, 'no hay más' Desde aquí quisiera dar ánimos para seguir a ese gran país que es Chile y sus grandes ciudadanos.
ResponderEliminarJan, tenerte otra vez entre nosotros con la fortaleza de pararte detrás de tu cámara y ser testigo a la vez que protagonista habla a las claras de tu infinita prestancia y tu clara vocación periodística. Pero, por sobre todas las cosas,tu humanidad decide seguir presente haciendo de lazo entre el lugar donde surge el testimonio y nosotros, que, desde lejos, intentamos en algo acompañar.
ResponderEliminarGracias por mantenerte con fuerza. Gracias por seguir aquí. Gracias por tu calidad humana.
Un abrazo inmenso y en vos, a todos los hermanos chilenos.
Espero otros capítulos de esta triste vivencia que has tenido. pero hubiera preferido, no tener que leerlas nunca. Por tí sobretodo y por el pueblo xileno. Un abrazo amigo mio.
ResponderEliminarNunca he vivido un terremoto. Debe ser una experiencia terrible.
ResponderEliminarEn efecto, como en tu imagen, hay que seguir.
Mi querido Jan, te he leído con atención, pues siento que lo que dices refleja también mi sentir, y quizá el de tantos chilenos que vivimos esta experiencia a la fuerza.
ResponderEliminarTambién me quedé junto a la familia en el dintel de la puerta, y vimos en medio de la oscuridad como explotaban cajas de electricidad que daban luces azules y chispas fuertes, aún cuando la energía estaba ya cortada ¿? Un susto más con el movimiento aún muy fuerte.
Hay que seguir, sabia y sentido común aún en momentos tan dificiles. Así es la vida, con todo lo que ella ofrece, bueno y malo, uno en cada palma de mano, y aveces nos aprieta con mano diferente y no saluda. Me alegra saber que estás bien, te agradezco el saludo, nosotros solamente ayer tuvimos todos los básicos más comunicación, al menos ya nos vamos poniendo de pie, en lo que se pueda....a seguir, aún queda vida para los que hemos quedado.
Abrazos miles,
Anouna
Imagino que en una situación así el miedo se tiene que apoderar de uno y quedarse instalado por una buena temporada.
ResponderEliminarEs algo que escapa a nuestro control.
Lo único que queda es mirar al frente y como tú dices, seguir adelante.
Un fuerte abrazo
No hay mayor dignidad frente a la fuerza de la Naturaleza:"Habrá que seguir. No hay más"
ResponderEliminarY tú ahí, acumulando experiencias de vida...
Un gran abrazo amigo mío
ya lo dices tu todo, no se puede narrar mejor con menos palabras. a mi solo me queda la alegria por saberte bien y la tristeza por tantos que no tuvieron la misma suerte. abrazos emocionados
ResponderEliminarPor supuesto que hay que seguir adelante. La vida nos da zarpazos pero, aunque suene a tópico, mientras hay vida hay esperanza. Adelante Jan. Sé que sabrás superarlo y que con el tiempo nos contarás estos días con esa perspectiva que solo el paso de los meses le irá dando a este horrible suceso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Leyendote han venido a mi recuerdo los terremotos del 86 y los dos del 2001, fue ese mismo sentir. No cabe duda del dolor y angustia que estan viviendo, el bandalismo y las carencias que siguen a los días posteriores, pese a todo ello Hay que seguir adelante ...
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte desde Madrid. Mucho ánimo y mucha fuerza para seguir adelante con tus proyectos e ilusiones. La vida continúa.
ResponderEliminarSí amigo, hay que seguir aunque el horror y el dolor de lo nos atenace. Hay que seguir y yo quiero darte mi mano y todo mi calor.
ResponderEliminarTe he pensado mucho y me he alegrado infinito al saber que estás bien.
Besos enormes y fuerza.
Eso es, Jan. Hay que seguir, no queda otro remedio.
ResponderEliminarChile tiene una ardua tarea por delante. Destruir es facilísimo. Sólo se necesita un minuto para arrasar ciudades enteras. Reconstruir es mucho más difícil y lento. No sólo los edificios y las infraestructuras. Me refiero más a reconstruir a las personas que lo han perdido todo y a todos.
Estoy convencido que el pueblo chileno estará a la altura de las circunstancias.
Y tu ayudando, Jan. De eso también estoy seguro. Tienes el alma y el corazón muy grandes.
Un fuerte abrazo.
Sí, noches y lamentos, pero esta claro... Hay que seguir. No queda otra...
ResponderEliminarUn abrazo.
No se muy bien que decirte Jan. ante todo espero que te encuentres bien. Nunca me he visto en situación ni parecida, supomgo lo duro que debe ser. Cuídate mucho. Desde aquí te mando mi apoyo más sincero, mi amistad, y lo poquito que pueda hacer. Un beso muy, muy grande amigo. Hay que seguir, siempre hay que seguir!!!!!
ResponderEliminarUf, que se puede decir. Demasiado dolor. La Tierra, el mundo se nos desmorona. Me alegro que hayas podido escribir, y por tanto estés bien. Un abrazo muy fuerte, con todo el cariño y ánimo. Como tu dices, hay que seguir. Besos, de verdad.
ResponderEliminarMuchísima fuera y ánimo. Espero que nunca más tengáis que pasar por algo parecido. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarHola Jan, las palabras no son suficientes para expresar el dolor y el sentimiento en estos momentos del pueblo chileno...pero es lo único que tenemos, el valor de la palabra. Como esa frase tan real y contundente..."hay que seguir" porque no nos podemos parar en el sufrimiento, porque hay que seguir, porque el serhumano tiene esa capacidad de superar los desastres,por uno mismo y por los demás. Te agradezco infinitamente esta crónica que nos dejas. Y te deseo lo mejor. Un abrazo y cuidate.
ResponderEliminarHola!!!!
ResponderEliminarSobran las palabras en esos momentos tan dolorosos, pero nuestros hermanos Chilenos son muy organizados y se que saldrán ...........lo único que me queda es orar por ustedes y decirles que estoy aquí por lo que necesiten.
Un abrazo de oso.
Si alguna vez se cumple el dicho de que una imagen vale más que mil palabras es ésta. El sentimiento de desolación e impotencia que desprende el Sr de las bolsas caminando entre cascotes...
ResponderEliminarSé lo que es un fuerte temblor.... y te tiembla hasta el alma.
ResponderEliminarNo me imagino el miedo en un terremoto.
Me alegro de que estés bien, querido amigo, sigamos adelante...
Es inimaginable para mí hacer una hipótesis de cómo me sentiría en tu lugar puesto q mi hoy a la distancia es un nudo ahogado en la garganta permanente.
ResponderEliminarSólo puedo sumarme a las gracias de Xuan x tus ánimos para seguir escribiendo, para seguir, como dice tu caminante.
Un abrazo.
Celui-ci est d'une grande tendresse. Le monsieur est pauvre peut être mais il inspire la sympathie.
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