El averno esta rodeado de muros. Supuran azufre. No podía ser otro material. Gracias a ellos, las almas condenadas a una eterna lujuria son mantenidas a buen recaudo. No hay ventanas ni puertas. Una vez dentro no es posible salir. Se entra etéreamente. No hay más que decir al respecto. En uno de mis paseos sin destino aparente, me encontré con una construcción que me llamo mucho la atención.
De sus paredes el color verde suele seducir a los más inquietos. Yo, simplemente me dejé llevar por la curiosidad y acerqué la oreja… escuchando una música en el interior. Me sedujo. Me sentí marinero que perdía el norte en los brazos de una sirena. Me atrapó como lo hace la libido a la pasión. Sin darme cuenta, entré abducido por algo inesperado que me dejó encerrado tras los ladrillos de adobe azufrado. Unos labios carnosos besaban mis entrañas mientras mis ojos dejaban escapar lágrimas placenteras. No recuerdo como salí. Pero sigo recorriendo sus muros mientras mi oído busca perplejo cualquier indicio de alboroto en el interior. Se que es la única manera de volver a entrar…
“Anécdotas”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
Menos mal que te fijaste más en el sonido de la pared que en el olor.
ResponderEliminarPues no parecía el infierno, de todas formas no me importaría tener la dirección...por si escucho algo.
ResponderEliminar¿Quién no está condenado?
ResponderEliminarSi te causó tanto placer, no es un mal sitio, no??? jejeje;)
ResponderEliminarUN BESAZOOOOO¡¡¡
Creo que todos iremos por ahi escuchando las paredes para obtener una experiencia similar, jeje, saludos.
ResponderEliminarLa tentación es fuerte siempre, se entra al infierno con tan solo dejarnos llevar por nuestros deseos. El azufre es tan solo para despistar, al infierno se lo encuentra fácil, solo hace falta levantar la cabeza y abrir los ojos, somos parte del infierno, cuando gozamos, cuando sufrimos, cuando matamos.
ResponderEliminarOjala vuelvas a probar las mieles sufridas del infierno. De seguro pasaste un buen momento.
Un saludo.
HologramaBlanco
Terrible texto!
ResponderEliminarMe encanta lo que escribiste con esta fotografía, esa manera de sentirlo, es increible. Es mas, hasta te diría que me siento motivada a salir a la calle y empezar a agudizar mi oido para poder entrar en algun lugar extraño.
saludos!
Sach
averno placentero, buen lugar el que hallaste
ResponderEliminarun abrazo, Jan
PD. ese color azufre tan difundido en las paredes de tantos lugares...
ResponderEliminarMe ha gustado la imagen pero el texto más ;)
ResponderEliminarYo más bien creo que llevas a cuesta la pared y son sus oídos los que te escuchan.
ResponderEliminarBello texto.
Un abrazo
Gizz
Un 10!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarUn 10!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarAh, si, bueno, son los ladrillos con los que hice mi casa.
ResponderEliminarPues yo al azufre le tengo enchufe; me gusta. Cuando era chaval iba con unos amigos a los que jamás olvidaré a comprarlo a una droguería antiquísima donde lo vendían a granel. Y con él, con salitre y con carbón vegetal hacíamos polvora con la que después fabricábamos petardos y hacíamos maldades sin cuento. El azufre, qué gran mineral, ya lo creo..
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