Nos hemos quedado mudos sin ser mimos.
Hasta hace poco, se escondían bajo el colchón los billetes de quinientos euros. Había algunos que ataban los perros con longanizas. Hoy las cosas han cambiado para muchos. En la universidad vuelven a enseñar la importancia de contar las monedas. Una función casi olvidada por las sociedades más avanzadas a nivel social económico. Las perras gordas y chicas que decían nuestros abuelos.
Hoy en día en cualquier bolsillo, una triste moneda cobra una importancia vital para completar el total que pueda valer una barra de pan o simplemente un café entre amigos.
Hoy en día en cualquier bolsillo, una triste moneda cobra una importancia vital para completar el total que pueda valer una barra de pan o simplemente un café entre amigos.
“Pensamientos apáticos”
Copyright © By Jan Puerta 2008
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Texto y fotografías con copyride del autor.
Pues sí... qué quiees que te diga si ando contando céntimops jaja
ResponderEliminarCarecemos de perspectiva, y se la hemos quitado a nuestros hijos, eso es lo peor.
ResponderEliminarA cuántos se nos hace un nudo en la garganta cada vez tiramos comida y gastamos las monedas en absolutas tonterías, a cada cual más innecesaria.
La mayoría no se acuerda de la mayoría del mundo...qué harían con la mitad de lo que nosotros malgastamos.
Quizá todo esto nos traiga un poco de éso, de perspectiva.
Un abrazo, Jan.
Q bello!!
ResponderEliminarSaludos...
"Mi madre siempre decía: Una peseta no vale nada, pero una peseta y otra y otra... ya hacen ¡hombre!"
ResponderEliminarComo lo sabes ... a buen seguro a más de uno se le bajan un poco los humos.
ResponderEliminarBella foto y buen blanco y negro.
Un abrazo
Sorprendente la fuerza de esta imagen, invita a la meditacion.
ResponderEliminarSaudiños
O un puto ordenador; qué te contaría yo...
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