Hace unos años, este edificio era la sede de una
de las numerosas ramas religiosas del catolicismo. Hoy en día espera
pacientemente ser vendida. Mientras, algún autor “grafitero” aprovechó la
ocasión para dejar su impronta en una sucesión de rostros que imponen, aunque
no causan temor a los niños y después de una primera impresión, indiferencia a
quien por delante de ellos transita.
Cosas del arte urbano, dicen.
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© By Jan Puerta 2013.
Texto y fotografías con copyride del autor.
janpuerta@gmail.com
Al menos estos enriquecen el muro.
ResponderEliminarUn abrazo
M'agrada, tinc una amiga que fa un bloc amb els seus dibuixos...s'assemblen molt.
ResponderEliminarQue coses...
Una abraçada Jan, l'art urbà sempre és enriquidor.
M'agraden molt aquestes pintades urbanes. Estic segur que molts dels frescos d'una església poden ser molt més traumàtics, especialment per els nens.
ResponderEliminarUna abraçada
me parece una gamberrada y que si las autoridades quieren una ciudad limpia ya estan tardando en limpiar.
ResponderEliminarabrazos
Lo de los grafittis no se hasta que punto me gusta..Eso si la foto buenisima como siempre...saludos.:)
ResponderEliminarQué buena Jan!! cualquiera alquila esta casa con la pintada que hay!!! un abrazo y feliz finde.
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