Algunas ventanas pertenecen a unas fachadas donde la esencia del tiempo forma parte de quienes en silencio, y la mayoría de las veces, furtivamente las observamos.
En mi caso, creo que cada ventana esconde un mundo muy particular. No solo el de sus moradores. Ellos simplemente se dignan a ver el mundo desde una perspectiva que en ocasiones no llegamos a comprender y pensamos que la falta de recursos o desidia hace que el aspecto, un tanto anacrónico de su especial mirador refleje una realidad que en la mayoría de las ocasiones nada tiene que ver con su propia situación.
Ramón construyó su casa con la ayuda de un serrucho, unas viejas maderas recuperadas de una vieja carpintería y un saco de clavos. Pare el tejado, se hizo de unas viejas planchas de uralita. La mayoría de sus paredes son irregulares. Pero para dormir y esperar los primeros rayos del sol para trabajar la tierra son más que suficientes y dignos.
Un día de estos os contare parte de su historia en la serie de los lunes, haciendo amigos.
Caminar sin destino, tiene estas recompensas.
Creo que ningún arquitecto de renombre firmaría esta obra. Pobres egos minimalistas.
“Puerta y ventanas”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor.
Amigos, al programar la entrada del viernes que correspondería a la serie “Dogs of the Word” me confundí de fecha y esta saldrá mañana sábado. Un intercambio de fechas. Así que el sábado nos visitara un simpático perrito abandonado.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encanta la foto Jan. Transmite mucha fuerza esa pared hecha sin proyecto, solo con el intelecto de alguien que no sabe de integrales ni de derivadas, solo que necesita un techo para cobijarse. Y mira por donde ahí está, con ventana y todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero esta conversación que tuviste con Ramón...
ResponderEliminarUn beso, Jan...
Igual caminar es el destino!!!
ResponderEliminar:)
Yo más bien creo que con tan sólo un arquitecto de renombre que firmara esta obra, el estilo anómalo se convertiría a buen seguro en un estilo de moda...
ResponderEliminarSaludos.
Construir la casa propia con las propias manos: privilegio al alcance de unos pocos.
ResponderEliminarAmigo Puerta: Hay más cosas en una ventana de las que tu filosofía pudo sospechar. Y esta no tiene nada de anómalo. Al contrario: las siete tablas del dintel superior, a la manera de las placas de un xilófono, forman una escala diatónica perfecta de do a si y de izquierda a derecha. Si algún vuelves por allí, prueba a golpearlas con un palito.
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