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sábado, 2 de mayo de 2009

Pasen y vean...

Pasen y vean… con mis ojos


Desde hace bastantes años tengo una debilidad por el mundo del circo. Todo lo relacionado con ellos me atrae. En el mismo blog tengo algunas entradas que reflejan en cierta manera mi relación con ellos. Clicar aquí
Mis padres, a mediados de los años sesenta solían llevarme. Quizás yo era la escusa para que ellos siguieran manteniendo su espíritu adolescente. No se.
En esa época, la llegada de un circo a mi pueblo era un acontecimiento de tal magnitud que los días previos a la función, uno solo tenia la ocurrencia de acercarse hasta donde habían puesto la carpa por si podíamos ver por algún descosido de la misma a los leones, tigres o el gran elefante. En más de una ocasión quise subirme a uno de los carromatos y empezar a ser un miembro más de esa vida de trashumantes que tanto me atraía. Puede ser que mi vida actual sea un reflejo de aquello que con pocos años no me atreví a hacer.
En los últimos años he tenido la posibilidad de vivir el circo desde dentro. Sigue siendo tan fascinante como lo era hace unos cuarenta años. Me sigue atrayendo de tal manera que cualquier día de ellos, me hago polizón escondiéndome en la jaula de los monos, o quizás al mas puro estilo del espontaneo taurino, me lanzo al escenario e intento hacer sonreír a cualquiera de los pocos asistentes que hoy en día tienen imitando a Josep Andre i Lasarre mas conocido como Charli Rivel… “Auuuuuuuhhh”.

“Pasen y vean con mis ojos”
Copyright © By Jan Puerta 2008
Texto y fotografías con copyride del autor

5 comentarios:

  1. De pequeño sufría terriblemente porque mis padres nunca querían llevarme al Circo, y sólo iba cuando alguna vecina caritativa se prestaba a ello. Ahora que soy padre comprendo aquella actitud refractaria de los míos al mundo de los payasos y de las écuyères. Y es que el circo es espantosamente aburrido. Soportar una función completa las poquísimas veces que he tenido la debilidad de llevar a mis hijos, se me ha hecho más largo que un Te Deum. No; lo siento Jan, pero no comparto tu pasión romántica por el circo. Lo único, eso sí, que admiro profundamente del circo, es su increíble capacidad para empapelar de carteles una ciudad en una noche. Ni siquiera los partidos políticos más poderosos tienen semejante potencial de saturar las paredes y las vallas de una urbe con la cara de un payaso.

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  2. Yo disfrutaba tanto cuando mis padres me llevaban al circo que de mayor, cuando he ido, me lo he pasado de maravilla. Sobre todo en esos circos en el que el arte, la música y la magia se combinan de manera especial: una sesión de Circo del Sol es un espectáculo extraordinario.

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  3. El circo es la necesidad de la infancia. Qué tiempos aquellos en los que los payasos nos hacían gracia...

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  4. A mí, no sé la causa, el circo me causa una gran tristeza.
    Estupenda entrada.
    Un abrazo, Jan.

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  5. Atrapante la realidad del circo, por aquí en Argentina, práctimanete han desaparecido.. Qué mundo aquel de nomades y artistas, de animales y domadores. Andaban los carromatos, o creo que hasta he visto trenes con vagones circenses.

    A parte de tod, me gustó mucho la foto, "pasen y vean" y la bici y los anuncios..

    Un gran saludo!!

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