Una mañana cualquiera, por ejemplo la de hoy lunes, estas en una esquina haciendo una fotografía a una casa cuando aparece un personaje que te llama la atención por algo. Un rasgo facial, una postura cabizbaja, las manos en el bolsillo o cualquier peculiaridad que en ese momento consideras especial para tener una pequeña conversación.
Intercambiamos pocas palabras y se dejo hacer un par de fotos. No había tiempo para más. Espero encontrármelo en cualquier momento, darle una copia de las fotos y poder hablar sin prisas con el.
Víctor es uno de esos personajes que te dan la impresión que han vivido mucho. Pero a veces, el día, las circunstancias o las propias vicisitudes de la vida… no acompañan.
Hoy era un día de estos.
Por eso, no hay conversación en la entrada de hoy. Solo la imagen y esa intuición de un segundo encuentro…
“Haciendo amigos”
Hay arrugas de expresión y arrugas de vida. Tu Víctor tiene estas ultimas
ResponderEliminarLa vida, en efecto, marca la expresión. Ha vivido mucho pero su mirada dice que quiere seguir viviendo.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con los dos comentarios anteriores.
ResponderEliminarEs fácil adivinar que, en la cara de Víctor, hay muchas experiencias vitales y no todas buenas. La profundidad de sus arrugas en el rostro lo demuestran claramante.
Pero, en su mirada, mezcla de tristeza y resolución, podemos imaginar que, pese a todo, cree que la vida es bella y tiene ganas de vivirla.
Es una gran fotografía, Jan. El retrato, que es una técnica muy difícil, se ve que la dominas. El desaturado le viene como anillo al dedo al personaje.
Un abrazo.
Retratos que invitan a compartir historias!!!
ResponderEliminarTiene la cara como tierra árida surcada por la vida. Me resulta muy atractivo, será que soy de pueblo :)
ResponderEliminarSeria interesante un nuevo encuentro, ya lo creo...promete contar muchas cosas...!
ResponderEliminarUn abrazo.
(Volvi de mi ausencia de estos dias, querido amigo. Te ruego me disculpes por esta ausencia, ya sabes lo que ha pasado. Tengo que ponerme al dia contigo y con todos los demás bloggers. Pero ...¡ya estoy aquí de nuevo!)
Surcos que denotan una vida probablemente interesante, habra encuentro? :)
ResponderEliminarSaludiños
Estaremos atentos a la segunda parte.
Tuve un tío que se parecía enormemente a Víctor. Era muy socarrón y tenía un extraordinario sentido del humor. Todos los días bajaba al "hiper" a hacer la compra y aconsejaba a las mujeres qué piezas debían comprar y cómo cocinarlas. Al final le conocían hasta las reponedoras. Coqueto como era, aprovechaba cuando pasaba por la sección de cosméticos para perfumarse con los frascos de muestra. Él me enseñó a hacer los callos a la madrileña de una manera exquisita y me regaló una cazuela que todavía conservo. Un gran tipo mi tío...
ResponderEliminarExcelente este retrato. El tal Victor, sin pretenderlo, te concede una nueva victoria artística.
ResponderEliminarMuy buen retrato de Victor, su cara, sus arrugas, delatan quizás una vida interesante o de haber vivído mucho, como dices.Un abrazo.
ResponderEliminarMe parece un guerrero de la luz, sus huellas faciales dicen tanto!!
ResponderEliminarQue hermosa la oportunidad, ha dejado un mensaje sin entrevistarlo...
Como hablan tus fotos!