Estetica necesaria

"Con el tiempo uno termina por definir sus inquietudes"

Hace ya muchos años, un maestro que tuve, del cual he hablado en otras entradas de este espacio, vaticinó que dentro de unos años, cada uno de nosotros definiría su estilo personal de hacer fotografías. En esa época, dos estilos completamente diferentes me hacían vibrar con la fotografía. Me encantaba la fotografía nocturna.
Recibía buenas críticas por mis faltas de sueño, cuando trípode en mano y obturador abierto jugaba a emular la nocturnidad con premeditación y cierta alevosía.
Mi segunda opción me vino de la mano de David Hamilton. Esas imágenes difusas me tenían seducido. Pero no por las jóvenes modelos que aparecían sino por esa elección de difuminar la imagen que se conseguía a base de embadurnar los filtros con una leve capa de vaselina. Llegue a hacer pruebas con grasa, oleo mas diluido de la cuenta y mil embadurnamientos posibles y por haber.
Ha pasado el tiempo y pocas veces salgo de noche cámara en mano. Tampoco aplico engrudos y brebajes oleosos a los filtros.
Hoy, no sabría como definir delante de que concepto fotográfico me siento más cómodo. Pero cuando me encuentro con una fachada como esta me quedo sin argumentos.
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“Anécdotas”
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