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lunes, 7 de septiembre de 2009

Don Juan

Hoy día siete le tocaba el turno a la segunda parte del Sheriff de Quillota. Esta parte es concerniente a su faceta de escritor. En el momento de subir la entrada he optado por cambiarla hasta el próximo día 21 de septiembre. Acabo de dejarla programada. Esta semana he preferido haceros llegar una conversación de calle con un porteño de toda la vida a quien espero visitar el próximo miércoles, haciéndole llegar lo publicado más alguna de las fotografías que le hice para que su nieto, que se va de nuevo a Holanda con sus padres lo pueda ver. La próxima semana ya tenía comprometido el espacio con dos vendedores de habas de Llay-Llay. Una pequeña población que perdió casi toda su vida el día que el ferrocarril dejo cerrada la estación.

Don Juan

Solo tiene ochenta y siete años. Una mente prodigiosa y unas ganas de hablar con la gente, envidiables. En el tiempo que duró nuestra conversación, no dejó de saludar a nadie que pasó por su lado. Todos le conocían y parecía que a todos les arrancaba una sonrisa con su vitalidad y espontaneidad...
.- ¿Como es que habla con todo el mundo?
.- Es algo que nace con la persona. No sabría decirle…
.- Quizás en su época de comerciante…
.- Antes de ser vendedor y tener mi primer negocio, ya me gustaba hablar.
.- Y… dígame, ¿de que suele usted hablar con la gente?
.- De cualquier cosa. ¡Incluso de política y de religión!
.- Temas difíciles. ¿Verdad?
Sonríe y sin perder el gesto en la comisura de sus labios me dice…
.- Difícil para ellos. No para mí.
.- Usted parece tener las ideas claras.
.- Ellos a veces también.
.- ¿Todos?
.- Todos tienen su verdad. Pero como la verdad de cada uno no es la verdad de los demás, solo pido una cosa en nuestras conversaciones…
.- ¿Respeto?
.- ¡Obvio! Pero además que no intenten convencerme.
.- ¿Y lo cumplen?
.- No siempre, pero ya saben que mis normas son el dialogo por encima de todo. Yo dejo entrar a mi casa a los mormones, los testigos de Jehová, los evangelistas… a todos. Pero solo a dialogar. Nunca a convencer. Cuando veo que lo intentan, les digo… “señores hasta aquí hemos llegado” y los invito amablemente a que regresen otro día.
.- ¿Vuelven?
.- Pues si. Al final han aprendido que hablando con la gente, al menso conmigo así lo demuestran, uno se enriquece en lo personal. Lo espiritual ya es cosa de cada uno. Pero lo personal es una enseñanza que es demasiado preciada como para que la ensuciemos con temas más… espirituales.
.- Y los políticos también siguen las mismas reglas.
.- Seguirlas, los que se dice seguirlas no. Son más cerrados. Pero alguno que otro termina por participar del debate sin que sea un monologo absurdo intentando convencer a quien no será convencido.
.- Tiene usted las ideas muy claras amigo.
.- Si a los ochenta y siete años, que uno esta a la puerta del otro lado, no las tiene claras, ya me dirá usted para que sirve esta absurda vida.
Sigo hablando con Don Juan y me siento muy cómodo en la conversación que mantenemos debajo de un edificio que mantiene la estructura interna intacta, pero la fachada se cae a trozos…
.- Cuando le he visto haciendo fotos del edificio he pensado… “otro del periódico que viene a hacer fotos, para denunciar su estado y nada mas”.
.- Yo las hago para mí. Para que cuando este edificio sea solo un recuerdo, la imagen perdure aunque no sea en el pleno esplendor que debía de haber tenido hace unos años.
.- Sabe, este edificio (1) su estructura es de acero. Una copia de los de Nueva York.
.- Y la municipalidad ¿no hace nada para restaurarlo?
.- Es privado. Y su propietario tiene tanta plata que ni se fija en esta vieja gloria del pasado porteño.
.- Imagino las vistas sobre la ciudad.
.- Son magnificas. Únicas.
Don Juan tiene cinco hijos. Quince nietos y cuatro bisnietos. Uno de los nietos hace poco que ha regresado de Holanda donde reside. Ha venido a buscar a su “polola” (2) y se van en pocos días.
Quedamos en que esta semana, me acercaría a su casa. Tomaríamos un café y seguiríamos conversando. De paso le entregaré esta pequeña crónica, así como las fotos que le hice. Una de ellas, es la que ilustra esta entrada.

(1) El edificio fue diseñado por C.Hapding a principios del siglo veinte. En otra entrada publicare una imagen del mismo. Con algo más de información.
(2) Polola. Coloquialmente en Chile se refiere a la novia o la prometida de uno.

Copyright © By Jan Puerta 2009
Texto y fotografías con copyright del autor.

12 comentarios:

  1. (“)_(“).-“”’-.,/)
    ; ° ° ‘; - ., , ‘ )
    (♥_, )’__,)’-._)


    QUE TENGAS UN BUEN DIA
    SALUDOS CHRISSSSS
    MUNDO ANIMAL

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  2. Me encanta la historia de este hombre. Eso de conversar por conversar sim imtentar imponer las ideas de cada cual, tan sólo para enriquecerse como persona. Cuanta verdad y cuanta necesidad de esta verdad tiene el mundo entero, amigo Jan.
    Disfruto con tus entradas, como siempre.
    Un abrazo

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  3. Hola Jan!

    De los mayores tenemos mucho que aprender. Que forma más inteligente de conversar, sin imposiciones, me alegra saber que personas como tu se interesen por estas almas anónimas que nos aportan tanta calidad humana. Genial. Un abrazo.

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  4. He comprendido perfectamente las razones de tu cambio. Qué conversación y qué personaje.

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  5. Me encantan las palabras de Don Juan. Al igual que él, no soporto a aquellos que te intentan convencer de su verdad. Un saludo querido amigo

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  6. Los viejos, (¡qué palabra tan bella!), poseen la sabiduría que han adquirido a través de los años y las experiencias de todo tipo vividas.

    Don Juan, como es natural, no es una excepción.

    Deliciosa entrevista, Jan, con un personaje también delicioso por sus ideas. Para él sería mucho más fácil convencernos a nosotros que nosotros a él. Sus ideas están bien arraigadas.

    Un fuerte abrazo.

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  7. ...sólo ochenta y siete????... a donde hay que firmar para llegar así a su edad?...un abrazo...

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  8. Leido y entendido.

    Me encanta este D.Juan, y lo que dice, y como lo dice.

    Un abrazo enorme, amigo.

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  9. Cada día estoy más enganchado a las personas con las que te cruzas Jan. Y, a pesar de la obvia autenticidad de cada uno, cada día más me haces darme cuenta de que mantienes conversaciones con personajes que yo también me cruzo y a los que a veces también escucho.
    Un placer lo que compartes con nosotros.
    Y un abrazo.

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  10. ¡Todo un personaje! Imperdible, gracias!

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  11. Verdaderamente Don Juan es un ejemplo de tolerancia... y de paciencia. Yo no tolero que los mormones o los Testigos de Jehová me den la tabarra ni medio segundo.

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  12. Don Juan es mi abuelito!!! Que lindo que ahora tanta gente lo pueda conozer. Yo vivo en NY asi que no lo veo tanto como quisiera, pero cada vez que voy de visita, pasamos horas conversando. Los almuerzos duran por lo menos unas 4-5 horas, ya que pasamos todo el tiempo conversando (y disfrutando unos pisco sours!).
    Las historias que me a contado...
    Dani

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