El Sheriff de Quillota
Segunda parte.
Enlace con la primera clic aquí
Don Aníbal nació en Traigén. En la región de la Araucaria. En una hacienda cuyo nombre era Quechereguas, de su abuelo paterno. Un lugar tan único como especial y más teniendo en cuanta que estamos hablando de la segunda década del siglo XX.
Me cuenta que cuando cumplió seis años, con su hermano pudo ver una película del oeste. Sin duda ese fue el detonante para que hoy después de tantos años, haya hecho del “Old West” su verdadera pasión. Habla como un cowboy autentico.
.- "Éramos pequeños cuando vimos en el cine a John Wayne y a Roy Rogers colgados de los estribos de su silla de montar, mientras eran perseguidos a gran velocidad por los indígenas. Mis hermanos y yo, empezamos a imitar las mismas difíciles piruetas, lo que nos transformó en excelentes jinetes".
Sus palabras y experiencias van ligadas siempre a su pasión.
.- ¿Cuando empezó a gustarle el oeste americano?
.- Desde que nací me vi rodeado de un ambiente que para mí era normal. Casas de madera, caballos, ganado, caminos polvorientos… Vivía en pleno oeste americano, pero en el sur de Chile sin saberlo.
.- Claro aquí existían los Mapuches y los Huasos…
.- Y en el oeste americano, los Pieles Rojas y los Cowboys.
.- Y claro esa similitud apareció en esa primera película…
.- Así es. Esa película me hizo dar cuenta que vivía como un autentico cowboy.
.- Que tempos aquellos, ¿verdad?
.- Tuve la fortuna de haberlos vivido. En realidad he vivido siempre como quise. Y eso no es fácil de conseguir.
.- Su vida es de película.
.- Mas de una saldría amigo. Más de una.
La única diferencia fue que al nacer los entornos eran bien diferentes.
.- Usted tiene aquí un verdadero museo.
.- Es mi vida la que muestro.
De entre sus armas me llama la atención un fusil…
.- ¿Y ese fusil?
.- Tienes buena vista amigo. Es un “Gran 50”
.- No me diga que tiene usted un “Sharp”
.- ¿Y cómo es que lo conoces?
Me preguntaba al mismo tiempo que lo sacaba de la funda y me lo tiraba al igual que hacia John Wayne en una película. Lo cogí al vuelo, y apunte al aire sin introducir el dedo en el gatillo por aquello de que las armas las carga el diablo.
.- Sheriff, acaba de hacerme feliz. Jamás pensé tener un Sharp en mis manos.
Ante la insistencia le confesé que era el rifle que llevaba Búfalo Bill cuando se dedico a cazar bisontes para alimentar a los trabajadores del ferrocarril.
Como escritor, ha publicado cuatro novelas del oeste. La primera novela la tituló “Rumbo al oeste americano”. Para ello se fue a Estados Unidos, donde viajó con una “auto caravana” para vivir el día a día mas intensamente. Allí donde había un jinete detenía el coche y en animada charla conseguía diálogos, recuerdos y sensaciones autenticas que más tarde terminarían por conformar la base de sus novelas.
Su segunda y tercera novelas las tituló´: “Los vaqueros de la meseta roja” y “Los amarraderos de reses”. A finales de marzo del 2007, publicó su cuarta novela llamada “El texano”.
Aníbal antes de despedirme, tuvo a bien regalarme un ejemplar de la misma. He de confesar que la leí de un tirón. Me engancho desde un principio haciéndome recordar alguna que otra que había leído en su día, de Marcial La Fuente Estefanía cuando las guardias en el servicio militar se hacían más llevaderas leyendo. Además su pequeño formato permitía camuflar muy bien la “novelita” en caso de que apareciera algún superior a quien no le gustaba que uno leyese.
Con un clic sobre la imagen las veréis a pantalla completa.
“Haciendo amigos”
Que personajes encuentras por ahí.
ResponderEliminarDesde luego, en la foto, si da ese aspecto de otra época, quizás un tanto desubicado en los tiempos que corren. Demasiado mundo digital que todo lo aplasta
un abrazo
Don Anibal, aparte ya de poseer un nombre que confiere carácter, aunque no posea elefantes para cruzar los Alpes a la conquista de Roma, es un claro ejemplo de la influencia que ejerció el cine en nuestra niñez. Además, dado el entorno en que nació y creció, no es de extrañar su amor por el "Far West" americano.
ResponderEliminarYo recuerdo cuando mi padre me compraba los "tebeos" de Roy Rogers y "El Llanero Solitario".
En suma, un personaje entrañable que ha llegado a publicar novelas de su pasión.
Un fuerte abrazo.
Por cierto. ¿Te llegó lo que te envié? Deduzco que sí por un comentario tuyo, pero me anunciabas un email que no he recibido y me quedo con la duda. Si es necesario, te lo envío otra vez.
Qué tipo éste: me tiene atrapado desde la primera foto que publicaste de él.
ResponderEliminarBonito rincón y bonito escritorio el de Don Aníbal, tan pulcro y ordenado, no como el mío, que parece un campo de agramante. Hay que tener los tiros y las peleas en la cabeza y la mesa como una patena, no al revés.
ResponderEliminarMe he trasladado en el tiempo, si!!!definitivamente lo has conseguido! que experiencia tan divertida.
ResponderEliminarUn abrazote Jan
la pasión del Oeste de una u otra forma a casi todos nos atrapó un poquito, sobre todo en mi época...
ResponderEliminarUN abrazo!
Qué personaje!...se ve que juntos han hecho "buenas migas" ajjaja...gracias por compartir la anécdota.
ResponderEliminarSaludos!